Lleva el retrato de un ser querido en un tatuaje

Los tatuajes de retratos tienen mucha repercusión porque el mundo del tattoo no sólo está integrado por dibujos que a menudo rozan el ridículo. Aquellos que perdieron un ser querido pueden elegir inmortalizar su imagen en la piel para siempre añadiéndole una gran carga emotiva.

Para obtener un buen tatuaje de retratos hay que elegir un tatuador que tenga comprobable experiencia en el tema. Aunque suele un poco exagerado, así como en la medicina hay sub ramas que abarcan temáticas específicas, en el mundo del tattoo hay tatuadores que se dedican específicamente a una clase de tattoos. Por ejemplo hay especialistas en tribales, luces y sombras, graffitis y retratos entre otros.

Los diseños de retratos se deben elegir bien. Para ellos lo más recomendable es en primer lugar saber que fotografía se tatuará ya que el tattoo será igual con algunos elementos más o menos. El lugar donde se colocará en verdad es secundario dado que el tamaño se puede modificar fácilmente adaptándolo a cualquier superficie.

El estilo del retrato varía mucho según la personalidad del cliente. Hay quienes eligen tattoos a todo color y aquellos que prefieren sólo los blanco y negro. También la personalidad del tatuador se verá reflejada de algún modo u otro en el tattoo ya que aunque se trate de un trabajo de copiado donde su creatividad queda a un lado, realizarlo no es nada fácil.

Los tatuajes de retratos son audaces. Una manera de recordar a un ser querido es colocándose su nombre o alguna otra referencia, pero sin duda no será lo mismo. Los tatuajes de retratos representan un gran desafío para el artista tatuador. Cuando una persona va decidida a realizarse el rostro de un ser querido quien haga el tatuaje tiene la responsabilidad de garantizarle al cliente que quedará satisfecho con el resultado final.

La técnica en este tipo de tatuajes es muy importante. Un tatuador puede tener habilidad para realizar dibujos a mano alzada, pero copiar al ciento por ciento imágenes y lograr que luzcan como una fotografía es un don que sólo unos pocos tienen.

Los diseños de retratos pueden ser de muchas cosas, los más populares son los de cantantes famosos. Elvis, Bob Marley y Jimmy Hendrix decoran el cuerpo de millones de fanáticos en todo el mundo que, si bien algunos no disfrutaron de su arte cuando estaban vivos, los admiran con gran pasión.

Los tattoos de retratos son una buena manera de rendirle homenaje a alguien. Si piensas en realizarte un tattoo de este estilo, antes de poner tu cuerpo en manos de cualquier tatuador busca el que más experiencia tenga en tatuajes de retratos para luego no sufrir decepciones.

Los tatuajes de retratos constituyen, si están bien ejecutados, una verdadera fotografía sobre la piel. Para lograr este efecto, que es el deseado por aquellos que han decidido que su tatuaje debe ser el rostro de un ser amado, el tatuador deber ser un verdadero artista, dibujante y retratista, con un particular manejo de las agujas de tatuaje, las sombras y los relieves, y, sobretodo el rostro humano y su representación en 2 dimensiones.

Todo esto es indispensable para lograr un retrato fotográfico o que no resulte caricaturezco o deforme, no se parezca a nuestro amado ser querido o se deforme con el tiempo. El sentido común debe estar considerado también en casos de tatuajes de retratos, ya que hay partes del cuerpo donde no es conveniente realizarlos, se trata de aquellas zonas que pueden agrandarse o caerse con el paso del tiempo, el aumento de peso o de masa muscular, y la vejez.

Los mejores lugares para un retrato son el hombro, el omoplato, la espalda, el tobillo, y las extremidades en general. Nada de retratos entonces en abdomen, caderas, pecho, nalgas, espalda baja, senos, etc, lugares susceptibles de modificar su tamaño o forma.

Los dibujos de retratos pueden ser en blanco y negro, con sombras y aguadas, monocromáticos en tonos de sepia y tierras, o en colores, lo cual es más peligroso ya que los tonos de fantasía pueden hacer perder la nitidez de la realidad y confundir el reconocimiento del rostro.