Las 5 mejores ideas para viajes de incentivos

Una manera de mantener al personal de cualquier empresa motivado es ofrecer viajes de incentivos organizados. Dejando de lado la –siempre importante— financiación, atendamos al destino del viaje. Y éste vendrá condicionado, también por la intención con la que se realiza.

De este modo, si lo que deseamos es premiar a nuestro equipo por eso, por haberse portado como un equipo, podemos pensar en un destino puramente turístico. Son muchas las agencias que se ocupan de los viajes para empresas, aunque, en este caso es importante concertar la ruta con una agencia especializada en incentivos para empresas.

Destino turístico, hemos dicho: elijamos, democráticamente o no el que más nos plazca. El destino puede ser desde Canarias hasta Punta Cana. En cualquier lugar en el que el equipo vaya a disfrutar. La idea de los viajes de incentivos para empresas es que estos permitan la relajación de los empleados, sin que el viaje deje de ser de trabajo Además de un premio, la promesa de más rutas supondrá un acicate importante. Sin embargo, es fundamental que el destino permita la organización de las reuniones o las presentaciones de trabajo que se realizarán durante el viaje.

Aunque los viajes de incentivos suelen tener como destinos turísticos las playas, estas no son las únicas posibilidades.  Un destino siempre soñado y no siempre alcanzado por muchas personas es la mítica cuidad de París. La capital francesa posee el aire romántico y, a la vez, las fuentes de diversión y cultura para que jóvenes y mayores encuentren la visita satisfactoria, cada cual con sus exigencias en cuanto a lo que requiere de un viaje de placer.

Otro destino, también europeo, puede ser la visita a Bélgica o los Países Bajos, especialmente lugares como Brujas o Ámsterdam, por poner sólo 2 ejemplos en los que diversión y turismo cultural perfectamente conjugables. Serían viajes de incentivos para empresas perfectos para el placer, la cultura y el relax.

Más lugares, también europeos, sólo que en este caso sureños: España, Italia o Grecia ofrecen mil atractivos para los viajes para empresas y más asequibles que el resto de Europa. Tomemos como ejemplo España, pero dejemos de lado el masificado Mediterráneo, dirigiéndonos al Norte. Al Noroeste, por mejor. Concretamente, la propuesta es una ruta por las Rías Baixas.

Las posibilidades de ocio en Galicia son sólo comparables a su espectacular gastronomía, así como a una serie de actividades que serían impensables en otros destinos de mejor clima, pero peores facilidades de integración: ¿en qué otro lugar podemos visitar una batea mejillonera y, en viaje de regreso, tomarnos unos mejillones regados con vino Albariño?

Abandonemos Europa para la cuarta propuesta. Nos vamos al Caribe. El paraíso de los incentivos para empresas y de las lunas de miel puede serlo también para los, en ocasiones, estresados trabajadores. Nos gastaremos un dinero importante, pero valdrá la pena ver la cara del gruñón de la oficina cuando le digamos que puede irse a Punta Cana gratis. Relax y diversión en estado puro.

Y vamos a terminar, por cambiar de continente otra vez, con una propuesta que nos abre caminos a otro tipo de viajes y de motivos para desplazarnos, pero que muy bien puede suponer, según para qué equipos, un incentivo: el turismo de aventura, que requiere la colaboración de cada miembro, con sus virtudes y defectos para alcanzar un fin ¿Un ejemplo? ¿Qué tal un viaje por el Nilo?

5 destinos, 5 ejemplos. Pero las posibilidades son tantas como rincones ofrece el planeta Tierra. Hablemos, escuchemos a un equipo que, por su dedicación y desvelos, se merece un viaje inolvidable que supondrá, además, un estímulo para cumplir nuevas metas.