tarde para volver Reflexión
He ejercido mi profesión de médica pediatra en Buenos Aires, Argentina, durante casi cuarenta años.
Creo que nadie ha sido más escueta que yo escribiendo una historia clínica. Cuando cualquier médico escribiría por ejemplo: “se trata de un niño de dos años de edad que viene a la consulta porque su madre refiere que en la tarde de ayer comenzó con vómitos y diarrea” en mis manos se transformaba en lo siguiente: “Varón. 2 años. Vómitos y diarrea desde ayer”. Y puedo jurar que no estoy exagerando. Odiaba escribir. Hacer una historia clínica era un suplicio para mí porque tenía que escribir bastante.
Y un día….. a los 65 años se me ocurre decir “voy a escribir un libro” y no sólo lo hago sino que poco tiempo después escribo otro.
Esta segunda novela todavía esta sin corregir y aunque cuando la corrija va a seguir estando plagada de errores como la primera, quiero hacerlo antes de subirla.
Yo se que esta llena de errores, y digo “errores” porque quiero ser condescendiente conmigo misma, porque sino debería llamarlos “horrores” de sintaxis. Soy plenamente consciente de ello. Es que la única vez que estudié lenguaje fue en el secundario y hace taaaaanto tiempo de eso que no puedo enojarme si he olvidado muchas de sus reglas. No obstante así como un día dije “voy a escribir” otro día dije “lo voy a subir a Internet” y lo hice aun a pesar de esos errores.
Y para mi total sorpresa me encontré con que había gente que empezaba a leer el primer capítulo y seguía leyendo los demás hasta el final y yo miraba asombrada los números sin poder creerlo.
A todas esas personas que se tomaron la molestia de leerlos uno tras otro quiero por este intermedio darle las gracias.
Gracias por el tiempo que le dedicaron a hacerlo. Por la paciencia que tuvieron para continuar leyendo y por la sabiduría que demostraron al perdonar mis errores. Muchas gracias. Me pusieron muy feliz. Lo único que lamento que ninguna de ellas me hiciera algún comentario.
Bueno, malo, regular o terrible. No importaba. Yo esperaba ansiosamente un comentario.
Será que forma parte de mi “chochera de vejez”, la misma que me impulso a escribir, pero de verdad lo esperaba. Tengo plena consciencia de que la que tiene signos de envejecimiento cerebral soy yo y que nadie mas tenía que sospechar que yo estaba esperando esos comentarios. Pero aún así, los esperaba o mejor dicho los espero. Este fue el segundo motivo de este artículo.
verna.ana@gmail.com
Registro automático