La empresa hoy
A lo largo de la historia, la empresa ha ido evolucionando de forma paralela a la sociedad. Durante los últimos siglos, se concibió como un conjunto de piezas o departamentos -compras, ventas, producción- unidos por medio de líneas de mando y comunicación.
El siglo XX aporta la revolución tecnológica, innovar la maquinaria vieja y obsoleta es necesario y fundamental para la continuidad de la empresa. Adaptarse a las nuevas tecnologías se hace obligatorio para las empresas que a finales del siglo XX quieren mantenerse y crecer.
Hemos entrado en un nuevo milenio, ¿cómo afrontará la empresa esta nueva situación?
En los albores del siglo XXI los científicos están apostando por una nueva visión de la vida, "los seres vivos al interrelacionarse forman sistemas abiertos, estructuras disipativas en continua evolución y expansión". Esta visión científica contempla un nuevo orden dentro de la empresa, pues favoreciendo la evolución y expansión del individuo, la empresa recibirá en consecuencia su propia evolución, paso clave para consolidarse y optimizar sus objetivos.
Esto implica tan solo realizar un «cambio de enfoque». Frente a la visión del siglo XX que creía en la innovación de las instalaciones y la maquinaria como punto prioritario, ahora añadimos la necesidad de poner la mirada en el equipo humano desde un prisma diferente.
Si en el siglo XX se dio la revolución tecnológica, el siglo XXI parece que nos plantea nuevos retos a las empresas, la "innovación" del equipo humano. Pero, ¿cómo hacerlo?
Sustituir una máquina vieja y obsoleta por un equipo nuevo, acoplado y programado correctamente, es relativamente fácil. Sin embargo, en lo que atañe a las personas parece que se trata de algo muy complejo. Es cierto, a primera vista tenemos la impresión de complejidad. Pero, ¿qué sucede si vamos a la visión científica?
Los científicos, entre ellos Fritjof Capra y el premio Nóbel Ilya Prigogine, dicen que "los sistemas vivos combinan la estabilidad de la estructura con la fluidez del cambio y mientras se relacionan generan flujos continuos de energía y recursos, lo cual permite su desarrollo y evolución".
Con esta base científica, tan solo lo que se necesita es impulsar la evolución de los individuos desde su libertad y creatividad, y de este modo la innovación del equipo humano será una realidad en la empresa.
¿Será el desarrollo del equipo humano el reto de las empresas en el siglo XXI?
¿Cómo impulsar la evolución de los individuos mientras se interrelacionan?
¿Serán capaces, las empresas, de consolidar su desarrollo y prestigio?
El tiempo y la experiencia darán respuesta a estas preguntas, pero en lo que todos estaremos de acuerdo es:
Eficacia, unión y valor en el equipo humano impulsan la solidez y prestigio de las empresas.
Paco Llorca
www.laborahava.com
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