Parque del Retiro de Madrid: el lugar más representativo de la ciudad
Con 118 hectáreas, estos jardines se remontan a los años 1630 y 1640, cuando el Conde-Duque de Olivares, valido de Felipe IV, le regaló al Rey unos terrenos que le habían sido cedidos por el duque de Fernán Núñez para el recreo de la Corte en torno al Monasterio de los Jerónimos de Madrid. Así, con la reforma del Cuarto Real que había junto al monasterio, se inició la construcción del Palacio del Buen Retiro. Contaba entonces con unas 145 hectáreas. Si estás pensando en viajar a la capital españoal y no sabes donde alojarte mira los apartamentos en Madrid centro.
Palacio de Cristal
Este es el edificio más importante de los jardines, ya que junto con el lago artificial, fue levantado en 1887. Ambos nacen con vocación internacional, con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas, donde se dieron a conocer flores diversas de ese lugar. Fue la respuesta española a los magníficos invernaderos ingleses como el Palm House de Kew Gardens.
En el lago, a los pies del Palacio de Cristal (existe una escalera que se sumerge dentro de él), se pueden encontrar varios ejemplares del Ciprés de los pantanos, con la particularidad que tienen sus raíces y parte del tronco sumergido. El edificio está rodeado de Castaños de Indias de envergadura considerable, que acrecientan esa atmósfera de romanticismo de principios de siglo.
El Paseo de las Estatuas
El Paseo de la Argentina del Retiro es conocido popularmente como Paseo de las Estatuas porque está flanqueado por una serie de ellas dedicadas a los monarcas de España, mandadas hacer para la decoración del Palacio Real de Madrid durante el reinado de Fernando VI. En un principio fueron pensadas que adornasen la cornisa del palacio.
Las figuras fueron realizadas por varios autores bajo la dirección de los escultores de la Corte Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro. Llegaron a colocarse en la cornisa del Palacio Real según se puede apreciar en algunos grabados de la época, pero a la llegada de Carlos III a Madrid el rey dio orden de retirarlas, pues consideraba el palacio excesivamente adornado. Por esta razón, se colocaron en distintos lugares de la ciudad (Plaza de Oriente, El Retiro, Jardines de Sabatini) y algunas se llevaron a otras provincias españolas.
La Rosaleda
Cecilio Rodríguez, jardinero Mayor del Retiro y Director de departamento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Madrid, realizó en 1915 la Rosaleda del Retiro. La idea partió del alcalde Carlos Prats, quien le sugirió la necesidad de hacer una rosaleda a la moda de las existentes en diversos parques europeos.
La Rosaleda de Bagatelle, en el Bois de Boulogne de París, creada por Jean-Nicolas Forestier, se convirtió en el modelo a seguir. Cecilio Rodríguez viajó a París para estudiarla y traer las primeras rosas. Durante su estancia estalló la guerra mundial y pasó muchas dificultades para poder volver a España.
La rosaleda está formada por una gran variedad de rosas traídas desde los más famosos jardines de Europa. Aunque quedaron totalmente destruidos en la Guerra Civil, en 1941 se plantaron 4.000 rosales. A pesar de su belleza, falta una ordenación sistemática y un claro carácter expositivo de las distintas rosas que lo componen. Para remediar esta carencia, el 24 de mayo de 1956, se inauguró una nueva rosaleda en el Parque del Oeste de Madrid, ejecutada con arreglo a un riguroso criterio botánico para que en ella se celebrase anualmente el concurso de rosas.
Monumento a Alfonso XII
Se trata de uno de los más característicos del parque y el que más impresiona; es un conjunto escultórico situado casi en el centro del parque del Retiro.
En 1902 se convocó un concurso nacional para construir un monumento al rey Alfonso XII, a iniciativa de la reina madre María Cristina. El ganador fue el arquitecto José Grases Riera con un grandioso proyecto en uno de los lados mayores del Estanque del Retiro, compuesto por una gran columnata con gran número de esculturas que rodearía a la estatua ecuestre del rey, inmediata al estanque, todo ello en bronce y mármol. Al fallecer, fue sustituido en la dirección por Teodoro Anasagasti, que no introdujo modificaciones. El monumento, financiado por suscripción popular, fue inaugurado el 6 de junio de 1922.
Todo el conjunto mide 30 metros de alto, 86 metros de largo y 58 metros de ancho, y participaron en su elaboración más de veinte escultores. Fue la primera estatua conmemorativa de las que durante el pasado siglo fueron poblando los jardines: obras como las de Benlliure, Clará y Mateo Inurria entre otros.
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Margarita Flores, licenciada en turismo en Barcelona. Experta en turismo y en reserva de vacaciones por Internet. Ver mi página apartamentos en Madrid.
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