La seguridad de nuestras instalaciones: la protección perimetral
El objetivo de la protección perimetral, como lo fue durante siglos, es crear una barrera que detenga o al menos retrase el acceso de personas no deseadas a un determinado objetivo y obtener un aviso inmediato de estas acciones. En el campo que nos ocupa, y con el adecuado léxico profesional, diremos que nos permitirá impedir o retrasar una intrusión, obteniendo un aviso precoz de cualquier intento de penetración en la zona protegida que nos conceda el tiempo suficiente para preparar una adecuada respuesta.
El tiempo que necesitamos ganar dependerá de los medios de reacción y respuesta que necesitemos para paliar los efectos de la acción delictiva. este tiempo será menor si la respuesta se puede dar en modo local y mayor si precisamos acudir desde el exterior.
¿Cuándo es conveniente realizar una protección perimetral?
En primer lugar cabe determinar que hablar de protección perimetral tiene sentido exclusivamente cuando nuestras instalaciones disponen de un área circundante, total o parcial, y por tanto, existirá un vallado o muro que delimite nuestra propiedad. Fijada esta premisa, la protección perimetral será útil cuando:
- en el espacio existente entre el perímetro y la, o las edificaciones, haya elementos a proteger: aparcamientos, almacenes exteriores, obras de arte, depósitos, etc.
- el valor contenido en los edificios es elevado, ya sea personal, económico, estratégico, u otro tipo de interés,
- siempre que se desee utilizar como elemento disuasorio del potencial intruso.
La detección en exteriores como primera barrera contra la intrusión
La primera barrera de una protección perimetral es una protección física: muro o vallado, generalmente metálico. Su misión es delimitar la propiedad a proteger. define la línea que no deberá ser transgredida. Es, además, un elemento persuasivo.
A continuación, se situarán los elementos de detección, normalmente próximos al perímetro o sobre él. En cualquier caso siempre entre el perímetro exterior y la edificación. Estos elementos darán el aviso precoz ante una intrusión.
Los sistemas de detección en exteriores y el diseño del entorno: estrategia del planteamiento de una instalación perimetral.
Una vez delimitada la zona, se podría llamar segundo medio de protección al correcto diseño del entorno, e incluso, de la edificación interior. Una superficie del terreno plana, limpia e iluminada, nos permitirá una mejor observación, produciendo una mayor sensación de seguridad a los ocupantes y una sensación de riesgo al posible intruso. Si, por el contrario, está lleno de maleza, arbustos o almacena objetos, sobre todo si son sobrantes o de desecho, proporciona al intruso cobijo para ocultarse y permite su aproximación al objetivo sin ser visto. Produce sensación de inseguridad al personal y abriga esperanzas de éxito en el potencial atacante.
Un edificio con diseño irregular, dotado de entrantes y salientes, aunque estéticamente puede resultar atractivo, será más dificil de proteger que uno de estructura más lineal. De la misma forma, es importante la distribución y ordenación que se haga de la zona de aparcamiento.
Finalmente llega el momento de decidir el tipo de sensores a instalar, cuestión que debe ser determinada por un experto en función de las necesidades y topología del recinto.
Una protección perimetral no debería ser sustitutiva de la instalación de seguridad interior del edificio, sino un complemento de detección precoz y una barrera más para impedir, o al menos minimizar, los actos delictivos.
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