Misión y visión, el comienzo de un gran sueño
Todos conocemos a personas que muestran una determinación inquebrantable a lograr un propósito específico en la vida. Estas personas tienen una misión y están motivadas por ese deseo de lograr algo que consideran importante. A estas personas las describimos como héroes, o heroínas, ya que su férrea determinación de superar todos los obstáculos y lograr su objetivo nos parece un acto heroico. Al igual que estas personas, las empresas también tienen su misión.
La misión de una empresa es su razón de ser, y tiene como propósito básico describir la naturaleza y el negocio al cual se dedica (por qué y para qué existe la organización). La misión de una empresa es donde se expresa el camino hacia el logro de la visión, o la manera cómo la organización llegará a ese futuro deseado. En definitiva, permite saber quién es y hacia dónde se dirige la organización.
La misión puede reflejar las expectativas de los clientes, proporcionando a estos la información necesaria que marca la diferencia entre nuestro negocio y la competencia. Es importante definir nuestro mercado y los servicios que ofrecemos que nos hacen diferentes a los demás. Esta es una de las razones por las que muchas declaraciones de misión incluyen lo que se hará, por quién, para quién, para qué y por qué.
Formular una declaración de misión es un punto clave para el buen comienzo de una organización, ya que indica de manera concisa en qué consiste nuestro negocio, al tiempo que posibilita la generación de una vasta gama de objetivos que nos permitirán cuantificar los logros de la organización a través de unas estrategias factibles que se adecuen a los cambios del entorno. Las empresas que ya están en marcha también pueden formular su declaración de misión.
Las finalidades esenciales de la declaración de misión son:
- Concentrar las energías de la empresa en su negocio principal.
- Proporcionar guía inmediata (a dónde vamos).
- Motivar a las personas, quienes se mantendrán enfocadas en una sola dirección.
Los componentes que se consideran al momento de formular la Misión (Contreras 2000) son los usuarios, los productos y/o servicios, la competencia y, la tecnología. Paredes (1996) agrega a esto la preocupación por la imagen pública a la que aspira la organización.
Las preguntas claves (Corrall, 1994) que deberían formularse al momento de determinar la misión son ¿Por qué existe la empresa? ¿Cuál es su negocio? ¿Quiénes son sus usuarios? ¿Qué necesidades debe satisfacer?
Es muy importante a quién se dirige la declaración de misión, ya que sienta las bases del estilo de comunicación entre la empresa y el grupo al que se dirige. Lo más acertado es dirigirla:
- Al personal que debe encontrar eco entre sus motivaciones internas y la misión de la empresa.
- A los clientes, que quieren productos de calidad y que estén al alcance sus bolsillos.
- A la sociedad en general, que espera que se produzca en condiciones que no atenten contra la dignidad humana ni el medio ambiente.
- Y a los accionistas, que saben que el valor de sus acciones se incrementará si la empresa satisface los intereses de los grupos anteriores.
Cuando el Presidente Kennedy declaró en 1960 su convicción de que la nación "debería comprometerse a poner un hombre en la luna y traerle de vuelta a la tierra sano y salvo antes de que terminase la década", no tenía ni idea de cómo iba a conseguirse. Kennedy era un visionario; ofreció al mundo una visión con la que todos podían relacionarse con entusiasmo: una carrera cuya meta final estaba fuera de este mundo. El primer paso sobre la luna lo daría un americano; esa era la visión.
La visión debe ser compartida por la organización; puede ser difícil de alcanzar, pero no imposible; ha de inspirar, convocar, entusiasmar, constituir una guía para la toma de decisiones y expresar o ser coherente con los valores de la organización.
La visión es la expresión sintética de los resultados que esperamos alcanzar. En la medida que alcancemos dichos resultados estaremos respondiendo a la identidad de la organización, a aquello para lo que existe. Es pues, la síntesis de los resultados esperados, un dibujo de cuáles son las realizaciones ideales de la empresa en el futuro.
A diferencia de la misión que describe los medios, la visión describe el fin, el para qué. La visión representa un nivel de motivación más profundo que la misión. Representa una declaración de lo que la empresa quiere lograr.
Una declaración de visión efectiva debe:
- Describir el futuro
- Ser formulada de manera clara y concreta
- Fácil de recordar
- Expresar resultados positivos
- Generadora de compromiso
- Realista
- Alineada con los valores y cultura de la organización
- Orientada a las necesidades del cliente
Es responsabilidad del líder comunicar la visión de forma regular, actuar de modelo y crear objetivos a corto plazo orientados hacia la visión.
La declaración de visión debería alinear la motivación del personal y de la organización en el largo plazo, en un propósito compartido.
José Mª Garteiz Director de Consultoría Garaster Consulting
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