Crisis ambiental: ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Son las 7 de la noche de un día miércoles y de pronto el cielo comienza a ponerse blanco en cercanías de la Universidad de la Guajira en Maicao. Alguien a mi lado pregunta sorprendido de qué se trata y antes de que yo responda se me adelanta uno de los vecinos: “eso no es una nube pasajera, ni la neblina. Son partículas de sal que vienen vuelan por el aire. Vienen de un molino cercano. Todas las casas del barrio se están dañando por causa del salitre”. Sin que nos hubiéramos citado para ese fin, nos hemos puesto a conversar acerca de una de las múltiples facetas de la contaminación ambiental.
Desde hace varias décadas los expertos en el tema ambiental han venido haciendo una advertencia insistente: el mundo está llegando a sus límites y, tarde o temprano, la naturaleza nos pasará factura y entonces pagaremos caro por el atrevimiento de abusar de ella que ha sido tan noble y generosa y nos ha proporcionado todo lo que la especie ha necesitado para vivir. Sin embargo, vivir bien no parece ser suficiente según la religión de los avaros. Por ello el planeta ha sido saqueado, golpeado, victimizado, estropeado…y las consecuencias están a la vista. Hoy no se habla de la crisis ambiental como un suceso futuro, sino como un hecho inminente, devastador y, en algunos casos, irreversible.
El asunto ya no es de un mañana lejano, hipotético y etéreo que probablemente nunca llegará. Es un fenómeno de nuestros días cuyas evidencias se manifiestan como parte de la normal de la cotidianidad. Para quienes vivimos en tierra caliente la televisión es generosa en mostrarnos las imágenes de otras regiones y así hemos sido testigos del deshielo de glaciares que se consideraban eternos. El anuncio que se hizo en el pasado de que los polos se derretirían ha comenzado y sus consecuencias se harán sentir lentamente en las regiones costeras del mundo.
Pero no es solo eso. El calentamiento global se siente y no solo en los termómetros. El suelo, los océanos y la piel sufren con el calor excesivo. Y, según nos anuncian los expertos, la temperatura va a seguir subiendo. ¿Qué será del planeta cuando la temperatura llegue a los límites máximos? ¿Y cómo vamos a sobrevivir los habitantes de zonas en donde las temperaturas, sin calentamiento global, son de 37º en promedio?
Y hay más aún: lluvias intensas en zonas habitualmente secas y semidesérticas como la Guajira. Aguaceros que se vienen de un momento a otro, sin el anuncio previo del cielo gris, los truenos y los relámpagos. Y las consecuentes inundaciones en barrios en donde generalmente la pobreza es compañera permanente de los pobladores. Y más aún: riberas desforestadas por la acción del hombre; ríos que transportan basuras y desechos químicos (también por la acción nefasta e irracional de los seres humanos) y finalmente el espectáculo dantesco de nuestros tiempos: ríos que se mueren de sed y solo dan señales de vida durante la época de lluvias. Y hay más mucho más: contaminación auditiva, enrarecimiento del aire, destrucción progresiva de la capa de ozono…en fin.
Cerca del cementerio, en Maicao, varias indígenas wayüu venden petróleo envasado en botellas desechables. El costo de la más pequeña es de $1.000. Detrás, en una tienda de comerciantes paisas venden la misma botella llena de agua purificada y su costo es de $1.200. ¡Dios bendito! Hoy el agua es más costosa que los combustibles. Es un hecho, y no un cuento, que el mundo está llegando a sus límites.
Alejandro Rutto Martínez es un prestigioso escritor y periodista ítalo-colombiano quien además ejerce la docencia en varias universidades. Es autor de cuatro libros sobre ética y liderazgo y figura en tres antologías de autores colombianos. Contáctelo al cel. 300 8055526 o al correo alejandrorutto@gmail.com. Lea sus escritos en MAICAO AL DÍA, página en la cual usted encontrará escritos, crónicas y piezas hermosas de la literatura colombiana.
Lo bueno que vaya a hacer hoy, hágalo bien, por usted, por su familia y por su país. ¿Ya leíste Maicao al Día?
no tiene la estructura de un articulo, parece mas una cronica
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