La Ciudad Museo del Mar Caribe

Tradición e historia se conjugan en la ciudad de Trinidad, en la provincia de Sancti Spíritus, ubicada en la costa sur de la región central de Cuba, a 370 Km. de la Habana. Fue la tercera villa fundada en la isla por los colonos españoles en el siglo XVI, en honor a la Santísima Trinidad. En la misma se asentaron ricos hacendados azucareros, cafetaleros y ganaderos de la zona, que construyeron mansiones y palacios de gran belleza. Este fascinante destino, a su vez considerado Monumento Nacional, es uno de los más atractivos para aquellos que prefieren unas vacaciones en Cuba.

Esta ciudad despierta un renovado interés en los visitantes, gracias a sus calles de adoquines que nos remontan a épocas de antaño, a sus iglesias, ingenios y mansiones devenidas en museos. Detenida en el pasado, Trinidad tiene uno de los conjuntos arquitectónicos coloniales más completos y conservados en el continente americano, una auténtica invitación a fotografiar. Gracias al rico conjunto urbano de plazas, plazuelas y hermosos edificios que datan de la época colonial española, Trinidad ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, junto al cercano Valle de los Ingenios.

El visitante puede apreciar la arquitectura de los edificios de los siglos XVIII y XIX como el Palacio Brunet y el Palacio Cantero, los cuales fueron construidos en la época de prosperidad de la ciudad, procedente del comercio de azúcar. Se observa fundamentalmente la combinación de estilos neoclásicos y barrocos en la arquitectura trinitaria, testimonio de una historia de opulencia.

La ciudad de Trinidad constituye un importante punto de atracción turística en la isla. Los mayores sitios de interés se encuentran en su centro histórico, donde son populares las visitas a La Plaza Mayor, rodeada por las residencias más notables de la ciudad: la casa del regidor Ortíz, hoy Galería de Arte Benito Ortíz, la casa de Padrón (Museo de Arqueología Guamuhaya), el Palacio del Conde Brunet (Museo Romántico), y la casa de los Sánchez Iznaga (Museo de Arquitectura Trinitaria). Otro atractivo del lugar es la Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, considerada una de las más amplias de Cuba, la cual reúne varias piezas de gran valor, como el Cristo de la Vera Cruz y un altar de mármol dedicado a la Virgen de la Misericordia.

Alrededor de la Plaza Mayor se pueden admirar otras edificaciones llamativas como el Palacio Cantero, donde se localiza actualmente el Museo de Historia, asimismo invito a conocer otros lugares de interés cultural como la Casa de la Trova y la Casa de la Música. Del mismo modo, uno puede hacer una pausa en el paseo en el bar La Canchánchara, para degustar una bebida tradicional de igual nombre hecha a base de aguardiente, miel y limón.

Cerca de la ciudad, una excursión que no debe faltar en el itinerario del visitante es la del Valle de San Luis, también llamado de los Ingenios ya que en el siglo XVIII estaba plagado de fábricas de azúcar. Este valle es un verdadero monumento arqueológico a la industria azucarera, pues se conservan numerosas ruinas de las instalaciones relacionadas con la fabricación del azúcar, como los ingenios, los barracones, las casas de verano, etc. Recomiendo admirar el elegante campanario de la torre de Manaca-Iznaga, utilizada en el pasado para vigilar a los esclavos. En este valle, el visitante podrá disfrutar de la campiña, realizar paseos a caballo, recorrer cuevas y ríos, y visitar poblados como San Pedro, considerado Museo Natural de la Cultura Africana en Cuba.

Otros sitios para visitar son el Mirador de la Vigía, donde se obtiene una maravillosa vista de la región, así como la Plaza de Carrillo, también conocida como el Parque Céspedes, donde se encuentra la Parroquia de San Francisco de Paula, construida en el siglo XIX. Cerca de allí también se encuentra el Bar Cafetería Daiquirí y la Casa Fisher, donde la Casa Artex organiza actividades culturales. Además, una de las mejores vistas de la ciudad se puede obtener desde la torre del Convento de San Francisco de Asís.

Los amantes de la cultura y de la historia encontrarán en la ciudad de Trinidad y sus alrededores un lugar único para vacacionar. Uno puede deambular por sus empedradas calles y apreciar su diversidad de estilos, visitar sus museos e instalaciones culturales, y observar el quehacer de los artistas locales de la alfarería, artesanía, tejido, música y danza; viviendo el ritmo de una ciudad plagada de costumbres y tradiciones, donde la cultura popular cautivará a cualquier visitante.

Además, muy cerca de ella, a 19 kilómetros se encuentra Topes de Collantes, una zona montañosa ideal para las diversas variantes del ecoturismo y del turismo de salud; mientras al sur, en la Península de Ancón, se extiende la mejor playa de la costa sur del país: Playa Ancón.