Misionologia 30
Continuación de las grabaciones magnetofónicas de las clases de Misionología
Hay otra familia importante que forma parte de este proceso de renovación, que tiene que ver más con el desarrollo de la teología que es la “Orden de los predicadores”. Explicarse Dios al mundo. Desarrollar un discurso teológico que todos entiendan, y que todos fueran participes.
En muchas ocasiones lo que la Iglesia desde el pontificado y el episcopado proponía, no siempre era bienvenido por todos estos grupos de renovación, y por estas grandes familias, que encarnaron esta nueva forma de misión.
Cuando llegamos a la edad moderna, la Iglesia llega cansada al siglo XII, cansada en resistir, entre los a adentro y los de afuera. Cansada de conciliar con todas la propuestas que se han suscitado a su interior. Y cansada de lidiara con todos aquellos que han predicado en lenguas vulgares. Y cansada también de los avatares políticos con los cuales se ha tenido que ir enfrentando.
El siglo XVI, es el momento en el que se rompe la estabilidad de la Iglesia, es el momento en que aparece Lutero. Aparece la separación de la Iglesia, es decir aquello que se había tratado de mantener durante tantos siglos, se rompe definitivamente. La universalidad de la Iglesia. La misión de la Iglesia en esos momentos será, recuperar la universalidad, y con todas las limitaciones del caso. Y con todas las injerencias políticas que eso tuvo. América se convirtió para el viejo mundo, en la esperanza de recuperar esa universalidad que se había perdido.
La misión que llevó a cabo la Iglesia de Europa en América, nos deja ver claramente, que es una misión preocupada por la permanencia de la Iglesia en el mundo. Frente a todas estas pequeñas Iglesias que se han ido de la falda.
En un segundo “Concilio de Lima” 1,565. Que es la copia exacta del Concilio de Trento, celebrado en Europa. Que se había celebrado exactamente para combatir la tesis de Lutero, y para combatir todos aquellos sustentos, en los que las Iglesias se habían separado.
De manera que la evangelización que se produce en América, hay que entender la prohibición de muchas necesidades con las que llega esta Iglesia a América. Es cierto que definitivamente existe en el proceso de la evangelización americana, una radical forma de Misión Adgentes. Pero la Iglesia trae también la misión de pervivir, permanecer en el mundo nuevo, porque el mundo viejo había quedado francamente chico. Eran muchos signos de peleas internas.
La misión de la Iglesia durante el siglo XVIII, y el siglo XIX, será afrontar otra vez, el reto de saber responderle al mundo. A un mundo que cambia otra vez de mentalidades. A un mundo ilustrado, liberal, que le plantea a la Iglesia nuevos retos. Vuelve a ser la Iglesia. Seguir siendo testimonio en medio, los nuevos discursos que el mundo le plantea, y el mundo le pregunta a la Iglesia, su tradicional manera de estar en el mundo.
Andrés Arbulú Martínez
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