El oficio de perfumista
El intento de la humanidad de poblar su mundo de bellos olores data de los inicios de las primeras civilizaciones. Además de agricultores, artesanos, orfebres y otros oficios, en casi todas las civilizaciones del mundo es posible encontrar expertos encargados en la elaboración de perfumes o métodos para dotar de bellos olores a los objetos y las personas. La palabra perfume tiene su origen en el idioma latín, y significa "por humo", pues fue, justamente, a través del humo de determinadas sustancias que se podía imprimir ciertos olores agradables en las cosas. La antigua Mesopotamia y Egipto fueron la cuna de los primeros perfumistas, como así también los pueblos asiáticos. Las sustancias capaces de imprimir olores agradables eran altamente estimadas por los comerciantes, alcanzando valores equiparables a las de los metales preciosos.
Como con muchos otros hábitos culturales avanzados, los moros fueron los encargados de difundir la práctica de la perfumería en Europa. El primer registro escrito que se encuentra de un perfumista data del siglo XX a. C., registrado en una tableta de idioma cuneiforme de la civilización mesopotámica. Taputti era el nombre del sabio mencionado. Paulatinamente el arte de la perfumería fue haciéndose más importante. Recientemente fueron descubiertos en Chipre los restos de una antigua fábrica de perfumes, de más de 4000 m². Los objetos allí encontrados, en casi perfecto estado de conservación, permitieron reconstruir los procedimientos y las fórmulas empleados para la elaboración de los perfumes. Catorce especies distintas de perfumes estaban siendo elaboradas en ese momento cuando un terrible terremoto sorprendió a los trabajadores. Romero, lavanda, laurel, cilantro, bergamota y mirto eran empleados como aceites esenciales, además de otras hierbas que aportaban su olor al bouquet final de los perfumes.
El trabajo de perfumista es quizás uno de los más fascinantes y atractivos. Sin duda, el perfumista debe contar con ciertas características naturales, como una nariz privilegiada, dotada de un particular sentido del olfato que le permite distinguir los componentes de un bouquet de forma prácticamente intuitiva. Además el perfumista debe tener una importante formación en química, a fin de conocer a la perfección la paleta de fragancias disponibles. Y no sólo eso, sino que también debe saber cómo interactúan las fragancias entre sí, y cuál es el resultado final de la combinación entre las mismas. El trabajo de perfumista es uno de los mejores pagos, especialmente cuando los profesionales se desempeñan para grandes corporaciones, quienes constantemente lanzan nuevos perfumes al mercado.

Andrea Andorra es asesora de belleza para http://www.perfumesandorra.com, tu tienda online de perfumes y cosméticos.





































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