Visitando la Ciudad Eterna: Roma en tres días.
Creo que no hace falta presentar a nadie las razones por las que al menos una vez en la vida hay visitar la conocida como la ciudad eterna, Roma, una de las mas antiguas y espectaculares ciudades que se puede encontrar uno por el viejo continente. No hay ni un rincón de la ciudad que no merezca la pena visitar, puesto que detrás de cualquier recodo o en cualquier callejuela hay una obra maestra que contemplar.
Ciudades preciosas y con encanto por Europa hay un montón de ellas, no vamos a olvidarnos de sitios como París o la mágica Praga, pero ninguna de ellas tiene el potencial artístico de la capital Italiana. Sus plazas, iglesias, puentes, museos, etc... acaparan la atención de todo el que se acerca a visitarla. Lo malo que tiene esta ciudad es que tiene muchas cosas por ver y normalmente nosotros tenemos poco tiempo para visitarla, así aquí os va un resumen de lo principal para poder decir que uno ha visitado Roma.
Se puede empezar la primera mañana por la zona del Vaticano. Dirigid vuestros pasos hacia la Plaza de San Pedro, donde encontraréis la mayor iglesia católica existente, la Basílica de San Pedro. Visitas su interior tras soportar lo mejor posible la cola de entrada, y después, no dudéis en acceder a los Museos Vaticanos, donde se aloja la famosa Capilla Sextina de Miguel Ángel. Con todo esto, probablemente, habréis pasado casi toda la mañana, así que toca hora de ir a comer por los restaurantes de la zona, que hay bastantes.
Una vez empezada la tarde, acercaros hacia la zona del Foro, Palatino y Coliseo. Seguro que antes de llegar hasta aquí, pasaréis por delante del Circo Máximo, lugar privilegiado de los juegos romanos. La visita al Coliseo y al Foro os puede llevar perfectamente toda la tarde, sobre todo por la cola de entrada al Coliseo. Llegado ya el atardecer, podéis acercaros hacia la zona del Barrio de Trastévere, donde se encuentran la mayoría de los restaurantes y zonas de ambiente donde disfrutar de una bebida tras un intenso día de turismo.
Comienza el segundo día, y este no va a ser más tranquilo que el anterior. Tenéis todo el día para recorrer a pie todo el centro turístico de la ciudad, visitando las plazas, iglesias y monumentos que se encuentran a pie de calle. Entre las plazas, destacamos la plaza Navona, la plaza de España, la plaza del Campidoglio, y la plaza Venecia. En cuanto a las iglesias, hay que ver San Giovanni in Luterano, Santa Maria Maggiore, Santa Maria in Aracoeli y Santa Maria della Scala. Y en cuanto a los monumentos a pie de calle, no os perdáis el Panteón, la Fontana de Trevi y el Castillo de Sant’Angelo. Cuando acabéis con este intenso paseo ya por la tarde, daros de nuevo una vuelta por el Barrio de Trastévere y visitad la Iglesia de Santa Maria in Trastevere. Luego quedaros a cenar y disfrutad de un paseo por las calles de este barrio tan característico de la ciudad.
Ahora ya para el tercer día os queda actividades tan diversas dar un paseo en barco por el río Tíber, iros al parque de Villa Borghese o disfrutad de los Jardines Vaticanos. Este es un buen momento también para visitar algunos de los museos que hay por toda la ciudad. No recomendamos ninguno en concreto dada la gran cantidad y variedad que hay de cada uno de ellos, y como se suele decir, para gustos están los colores.
Ahora os queda lo más difícil, que es encontrar un hotel barato en Roma y esto no es fácil. Cuanto más os alejéis del centro, más baratos son lo hoteles, y os puede merecer la pena alejaros un poco dado que las comunicaciones con el centro de la ciudad son bastante buenas, bien en metro, autobús o tranvía. El metro acaba a las 00:00, pero siempre os queda la opción de los autobuses nocturnos para así disfrutar de la noche de Roma.
Después de leer todo esto, os habrán quedado ganas de saber más sobre esta encantadora ciudad, así que aquí os dejo una página donde poder consultar mucho más sobre todo esto:
Guia de Roma
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