Salario mínimo en España y gastos por viajes de los Eurodiputados, un ejemplo de la ineficiencia en el reparto de recursos
Resulta curioso y cuando menos sorprendente comprobar cómo se van modificando los significados asociados a los términos de uso más común y familiar en función del escenario por el que transitamos.
Como se transforman aspectos relacionados con el ahorro, la eficiencia y la generación de recursos, dejando obsoletos otros vinculados muy intrínsecamente con un ciclo que nos dice adiós y en el que la convulsión de toda índole y la diversidad y magnitud de los sucesos que se producen, nos hablan sin ninguna duda, de un nuevo ciclo, una nueva etapa… un cambio.
No cabe ninguna duda que el desempleo se ha consolidado como la piedra filosofal de la crisis, una variable económica cuya medición permite el doble análisis arrojando datos escalofriantes y que invitan a la reflexión.
Es más que evidente que la sensación de que el mundo ha crecido - en número de habitantes- más de lo esperado, es una realidad.
Es también una realidad que tal cantidad de personas han ejercicio un efecto muy dañino en el medio ambiente y que, las distintas políticas adoptadas ancestralmente con el fin de mantener el pan y circo de la sociedad a través de la ignorancia, hace tiempo que comenzaron a pasar factura.
Hoy hablamos de desempleo estructural, de familias enteras en situación de desempleo y de salarios mínimos interprofesionales que claramente no cubren las necesidades de las personas y familias pero que se consolidan como los reductos de un sistema que hoy, agoniza.
En el momento actual, el salario mínimo interprofesional es inferior a la subida experimentada por las hipotecas con revisión en el mes de mayo con motivo de los ascensos del euribor.
El salario mínimo interprofesional no ha experimentado el 3,6% de aumento de la inflación y si la naturaleza estructural de la crisis mantiene, como así parece que será, su espiral de agotamiento de recursos, es más que evidente que ésta será una partida susceptible de modificación.
Conviene pensar por un momento que si bien es cierto que la regulación demográfica no sólo es necesaria, sino que se produce como consecuencia de la magnitud y los efectos colaterales del cambio, la noticia que habla del gasto por eurodiputado en cada viaje que supera en dos veces el salario mínimo interprofesional, nos habla de la necesidad de un cambio adecuado a la realidad… en España el salario mínimo interprofesional es de 641 euros… la “vieja economía” exhala sus últimos suspiros, y el salario mínimo es otra de las señales.
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