El cañón del Atuel, símbolo de la imponente belleza de Mendoza
El cañón del río Atuel esta ubicado en el departamento de San Rafael. Se trata de un accidente geográfico natural formado por la erosión causada por este caudaloso río sobre el suelo rocoso de la precordillera de los andes. A lo largo de muchos millones de años, el paso de este tormentoso río de deshielo ha formado un imponente cañón, con paredes casi verticales de impresionante belleza. En definitiva, aquel que vaya a este lugar cuyano para disfrutar del turismo en Mendoza, no debe obiar de conocer este área, que hará las delicias de aquellos que amen la naturaleza y las actividades al aire libre.
Para aquellos que necesiten dejar de lado el estrés diario, hacen del Cañon del Atuel el lugar el ideal por el silencio y la paz de este paisaje, donde sólo se podrá escuchar el rumor de las aguas y los muchos pájaros que viven en la región. Una de las ventajas más importantes del cañón del Atuel es su cercanía con la ciudad de San Rafael, de la cual dista a sólo 73 km. Además, en la zona se encuentra la villa el Nihuil, una pequeña ciudad turística donde el visitante podrá encontrar lo indispensable para unas vacaciones inolvidables.
Quienes habitan la villa el Nihuil reciben a todos los turistas con calidez y cordialidad, y con gusto ofrecerán orgullosos sus increíbles chivitos o la parrilla, una de las delicias de la gastronomía local. También pueden encontrarse aquí una importante oferta de alojamientos, en especial cabañas y sitios para acampar. La presa Valle Grande cuenta con un enorme lago artificial donde pueden practicarse una gran cantidad de actividades acuáticas, y también dedicarse a nadar y disfrutar de las cristalinas aguas en las playas costeras. Para aquellos que deseen una lugar que entretenga a toda la familia por igual, la villa el Nihuil sera el escenario ideal para unas increíbles vacaciones en familia.
El cañón del Atuel, merced a los miles de años de erosión, ofrece unas increíbles esculturas de piedra, a las cuales los lugareños han sabido ponerle nombres distintivos, en base a las figuras que las caprichosas formas evocan. Así nos encontramos con los Monstruos, el Mendigo, la Ciudad Encantada, los Viejos, y otras estructuras de piedra de fantástica belleza. Los paredones que ciñen el cañón del Atuel alcanzan a los 350 m de altura, un desafío injustificable para quienes aman el rappel y el andinismo. En resumen, unas vacaciones magníficas en Mendoza.
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