Entrevista a una Emprendedora: El éxito de la perseverancia y de la creatividad

Gabriela Islas  es una emprendedora mexicana que emigró a Cataluña (España) para empezar un nuevo proyecto de vida.  En esta tierra que la acogió, encontró una enorme oportunidad para continuar creciendo profesionalmente y vivir grandiosas experiencias.

En el mayo del 2011, empezó su gran aventura empresarial, Gabriela cogió en traspaso un Bar en el barrio de les Escodines en Manresa, y lo transformó en una Cantina Mejicana “Azul Agave” (Antiguo Bar Rocío).

Desde la terraza de su cantina se puede apreciar un paisaje estupendo, donde destaca la montaña de Montserrat con sus famosos picos y su incuestionable atractivo. 

En este esplendido día de verano y en este pacifico paisaje, Gabriela ha compartido su experiencia empresarial con nosotras……

¿En qué consiste tu actividad y qué fue lo que te impulsó a empezar esta gran aventura de emprender?

Actualmente, tengo un negocio de comida mexicana, es una cantina de antojitos: los típicos platos de comida mexicana que se degustan prácticamente en todo mi país y que tienen la gracia que se han de preparar en el momento en que te los quieres comer, así que no puedes recurrir a ningún alimento congelado ni pre-cocinado. Todo es natural, fresco y de elaboración casera.

Me di cuenta que en la ciudad de Manresa no existía ninguna oferta parecida, entonces hice un estudio de mercado para saber si era oportuno ofrecer un servicio diferente en esta localidad.

Busqué asesoría para hacer posible esta oportunidad y finalmente conseguí un antiguo bar de barrio que ahora funciona como cantina mexicana y en la cual se preparan exquisitos antojitos mexicanos.

¿En qué ha cambiado tu negocio desde que empezaste?

Bueno, hace un año que inicié esta actividad y podría decirte que lo llevo exactamente como lo pensé desde un principio, y exactamente como lo planeé en mi plan de negocio.

Sin embargo, debido a la situación actual de crisis económica que envuelve el País (España) y también,  para acercarme a los gustos locales,  he tenido que adaptar un poco mi oferta.

Así que, ofrezco platillos al estilo “tapas” y he adaptado muchos productos catalanes preparándolos según el estilo mexicano.  La combinación de las dos culturas y gastronomías  ha sido todo un éxito.  

También, en mi local, para atraer gente y despertar curiosidad e interés, hemos organizado encuentros multiculturales relacionados con la literatura, la música y la gastronomía mexicana y la respuesta ha sido fantástica.

¿Has tenido momentos de dificultad? ¿Cómo los superaste? ¿Qué aprendiste?

La crisis nos está obligando a plantarle cara y por supuesto que la dificultad actual para vender y obtener beneficios es grande.

Plantear cara a la crisis para mí ha significado mantener una actitud férrea ante el trabajo, duplicar esfuerzos, invertir todo mi tiempo, replantearme mis gastos, negociar pagos, detectar y potenciar los puntos fuertes de mi negocio y reinventarme constantemente.

Mi estrategia de negocio ha sido replantearme la oferta gastronómica mexicana integrándola con el clásico tapeo local y organizar actividades en mi local para despertar el interés de la gente del barrio.

La mezcla entre comida local y toques de comida mexicana, además de la variedad de la  degustación (se sirven 4 o 5 platos diferentes en una sola comida/cena) han permitido que mis clientes catalanes pudiesen probar platos nuevos y diferentes, acercándoles cada vez más a la cocina de mi País.

Las novedades culinarias que he introducido han sido acogidas con éxito. Mis clientes, generalmente grupos grandes y familias, comen bien, diferente y  se quedan muy satisfechos.

Finalmente,  tengo la costumbre de invitar, a mis clientes, a un delicioso guacamole, o a una tapa exquisita o incluso a un tequila (o a un zumo).

Con todo ello consigo acercarles a los productos mejicanos (muchos de importación) y sobretodo consigo despertar su entusiasmo para que  vuelvan y, generalmente, lo hacen. 

Por otro lado, durante los domingos, el local se transforma en un lugar de encuentros familiares donde organizamos  barbacoas para nuestros clientes  y sus familias y, en estás ocasiones, ofrezco los antojitos mexicanos que se combinan con platillos típicos catalanes, además de las bebidas y cócteles mexicanos. Estas ideas han funcionado muy bien.

¿Quién te apoyó cuando los necesitaste? (familia, amigos…)

Principalmente mi familia, mi hijo y las entidades que han confiado en mi proyecto.    

¿Qué  ; es lo que te encanta de tu trabajo?

Sobretodo relacionarme con la gente, pues a través de la comida se logra un vinculo social muy fuerte.

A través de la las conversaciones compartimos experiencias y se crean relaciones  solidarias entre los clientes y nosotros.

Si miras  hacia atrás, hacia el camino recorrido durante este año ¿de qué estás orgullosa? y ¿qué cambiarias o mejorarías?

Estoy muy orgullosa de sentirme parte de esta cultura, de esta sociedad a través de mi trabajo, siempre hay cosas que mejorar. 

He aprendido a controlar mis emociones, a ser más tolerante ante la adversidad. Mis clientes son mi pilar para levantarme cada día y mostrar mi mejor cara, con mucho ánimo y sobretodo compromiso.

Dar de comer es una labor que siempre se agradece, mi clientela es como mi familia, dependo de ellos para continuar y eso es lo que trato de conservar día tras día y al mismo tiempo, me propongo conocer siempre gente nueva para que vengan a visitarnos para probar nuestra cocina,

Desde tu experiencia, si tuvieras que ofrecer un consejo sabio  a una emprendedora que está recién empezando. ¿Qué le dirías?

Compartiría un buen plato de comida mexicana y le diría “termina siempre  lo que empiezas”.

Enfrenta la adversidad como una oportunidad, porque las cosas nunca son fáciles: pero si te lo propones, tú te trazas el camino aunque esté cundido de piedras.

El mundo está lleno  de pequeñas alegrías, algún día verás que eso influye en la búsqueda de la felicidad. Hacer lo que te gusta con mucho empeño y no desistir jamás, nunca te detengas, hay que estar en movimiento constante.

 Eso sí, si adquieres un compromiso has de plantearte hasta dónde estás dispuesto a llegar y una vez que has decidido, no hacer marcha  atrás.