¿Cómo medir la salud financiera?
Así como la salud física necesita de una revisión periódica, la parte económica también lo necesita, por lo que un chequeo financiero permite tener en cuenta lo que estás haciendo mal y tomar acciones para revertirlo.
De acuerdo con un estudio realizado por el Center for Financial Services Innovation (CFSI), llamado 8 maneras de medir tu salud financiera (Eight ways to measure financial health) determinó cuatro aspectos principales que son de gran relevancia para revisar el nivel de tu salud monetaria.
Gasto.
Uno de ellos es la capacidad que tienes en tu presupuesto mensual, es decir llevar un registro detallado de tus ingresos y egresos, ya que por más mínimo que sea el gasto, se puede considerar una fuga de capital. Debes tener especial cuidado con los “gastos hormiga” que merman en gran medida las finanzas. ¿Tienes deudas? ¿Las pagas a tiempo? Toma en cuenta todos los servicios financieros como son créditos bancarios, tarjetas de crédito y préstamos, lo mejor es liquidar este tipo de deudas lo más pronto posible para que no continúen generando intereses.
Ahorro.
¿Cuentas con algún fondo de emergencia? Destinar un poco a este rubro mejora la oportunidad de resolver las eventualidades que puedan presentarse, independientemente si se trata de desempleo, enfermedad o algún otro aspecto. Lo ideal es contar con un equivalente de 6 meses de gastos mensuales. La segunda parte de este rubro se refiere a las inversiones a largo plazo, contempla el plan de retiro y además tener la posibilidad de aprovechar las oportunidades como poner algún negocio.
Deudas.
Revisa de acuerdo a tus deudas que porcentaje representan de acuerdo con el ingreso que tienes. Si de tu sueldo total, más del 40% va destinado a pagar, estás en serios problemas. Sin embargo, cuando se refiere a aquellas que tienen una utilidad como un crédito hipotecario, se consideran exentas porque contribuyen al patrimonio. Además, cuida con tu historial crediticio para poder acceder con mayor facilidad a créditos y préstamos, a través de este se refleja tu estabilidad financiera.
Planeación.
Dicen que “es mejor prevenir que lamentar”, por lo tanto, estar al pendiente de aspecto es de gran ayuda para estar preparados ante algún contratiempo. Investiga acerca de la variedad de seguros que existen y el alcance de cobertura de cada uno, contrata aquel que se adapte de acuerdo a tus necesidades, convéncete de la utilidad que representan. Un plan de gastos para el futuro fomenta hábitos de ahorro para lograr diferentes objetivos.
Tal vez parezca un poco complicado, pero un chequeo financiero de forma periódica te ayudará a tener un panorama más claro acerca de aquellos aspectos que debes cambiar para que tu bolsillo esté más sano. ¿Ya hiciste tu revisión?
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