La Reconciliación
Otro día estaba conversando con una persona y el tema de la conversación era las relaciones de pareja, entonces le hice un comentario de que una pelea de vez en cuando era buena para crear un espacio de aprendizaje dentro de la relación. La persona en cuestión me contestó que no le gustaban las peleas, que ella prefería la reconciliación.
De esta conversación me acordé de una amiga que había pasado por un proceso de pelea y reconciliación que es un buen ejemplo para ilustrar este artículo.
En una tarde de un Domingo, mi amiga estaba haciendo un arreglo en su oficina, y para eso contrató la ayuda de algunos obreros y también se ofrecieran para ayudarla dos de sus sobrinos, que eran hermanos, y que vivían en la misma casa de mi amiga. Era un trabajo difícil, tenían que instalar unos vidrios que eran muy pesados. El trabajo fue desarrollándose sin ningún percance hasta que lo terminaran y todo salió bien. Para conmemorar, los obreros compraran unas cervecitas y empezaran a tomar y a charlar. Uno de los sobrinos de mi amiga se pasó con la cerveza y en un momento comenzó a pelear con su hermano. Mi amiga viendo esa escena se disgustó y fue hablar con el muchacho, este se alteró de tal forma que empezó a insultarla de una manera grosera e inusual, pues nunca le había hablado de esa forma. Mi amiga entre llantos y decepción, salió del lugar muy disgustada al mismo tiempo que sentía impotencia de reaccionar, pues era su sobrino.
Hubo un clima muy pesado el día siguiente, pues la mamá de los muchachos estaba muy avergonzada con su hijo, y el muchacho también se sentía avergonzado, pues no podía mirar a los ojos de mi amiga. Se pasaran varios días, y en el transcurso de ese tiempo no hubo ningún cambio en la situación. Hasta que llegó una fecha especial donde hubo una reunión familiar. Allí, entre compartir y compartir, surgió una oportunidad en que los dos se quedaran a solas, y el muchacho con una actitud muy humilde, pidió disculpas a su tía, y los dos con lágrimas en los ojos se abrazaran y se reconciliaran.
Este es un buen ejemplo de cómo podemos cambiar nuestra actitud cuando cometemos un error. Todos cometemos errores, somos humanos, mas también somos seres inteligentes, y remediar nuestras actitudes negativas es una acción de seres inteligentes. Esa historia es común en nuestras vidas, y estoy seguro que muchos han pasado por algo parecido. Por lo tanto la mejor decisión es reconciliarse.
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