Carta para mi prima

En esta oportunidad, quiero transcribir una carta electrónica, que le enviara a mi prima Celia, a raíz de que ella me reclamaba con una pregunta: ¿porque yo, no iba a visitar a mi mamá? Es lógico que ella se entere por comentarios de mis hermanos y de mi propia madre.

CARTA:

Querida prima Celia: en esta carta quiero contarte algunas cosas que de repente tú ya conoces pero quizás no, entonces mejor te las cuento igual.

Quiero comenzar haciendo reflexiones acerca de mi vida, porque pienso que para poder comprender a los demás es indispensable comprenderse a uno mismo y estar consiente de nuestras cualidades y defectos. Todo lo que nos pueda pasar en nuestras vidas tiene que ver de alguna manera con el hecho de saber, como nos comportamos frente a las demás personas, es como se dice siempre: “cosechamos lo que sembramos”.

Recuerdo claramente algunas cosas de mi infancia. Recuerdo claramente de cómo era bien pegado a mi mamá, y al recordar y reflexionar esto me doy cuento el porque mi mamá, algunas veces la escuché decir: que cómo ahora ya no me acordaba de ella si yo era bien pegado de chico a ella. Esta es una reflexión lógica de este hecho, y no nos puede llevar a pensar mal de otra persona, sino que es el resultado de un acontecimiento lógico y razonable. El cariño que siento por mi mamá es indiscutible; y es lo contrario, cada vez es mas grande, porque al transcurrir los años de nuestras vidas y hacernos mas pensantes y razonables, nos hacen comprender más el cariño de una madre.

Uno de los acontecimientos que me hacen querer más a mi mamá, es cuando nos quedamos solos los tres hermanos con ella porque murió nuestro padre; quizás en el mismo momento no era capaz de razonar este acontecimiento, ya que tenia 10 años de edad, pero después de casado, y con madurez encima, me hizo comprender el gran sacrificio que demandó esto, y el gran sufrimiento al no volverse a casar por nosotros. Ahora y cada día de mi vida que transcurre me hacen pensar esto, y me hacen quererla mas.

Mi juventud antes de casarme no fue tan bonita que digamos, no por mi mamá y mis hermanos, porque siempre mi mamá y mis hermanos fueron buenos conmigo y pasamos momentos muy felices juntos; sino por mi mismo. En el año 1970 yo tenía 16 años y me incliné hacia la música y comencé a integrar agrupaciones musicales de mi entorno, y así pasaban los años, y unos años mas adelante, por el mismo ambiente me vi envuelto en el problema de las drogas; me volví adicto. A estas alturas y en estos tiempos comentar acerca de esto, ya es normal, porque viéndolo bien, y si nos ponemos a reflexionar un poco, hoy en día se ven cosas peores, pero esto no justifica lo que viví en esos años, ni todo el sufrimiento que hice pasar a mi mamá y mis hermanos que tanto me querían.

Quizás esta es una de las razones que me llevan, a no criticar ni juzgar a las demás personas, porque viendo la vida que llevé, me doy cuenta que hice muy mal, pero de lo que si estoy consiente es de que pude tener enmienda y corregir esto, pero gracias a Dios y nada mas, porque el puso en mi vida algo que me haría cambiar por completo.

Algo de lo que le tengo que estar eternamente agradecido con mi mamá, es que me enseño a tener valores en la vida, de repente no directamente, pero si con su ejemplo. Me enseñó el amor a los animales, a no mentir, a ser puntual, a ser ordenado, y muchas cosas más que me sirvieron en la vida. Muchas veces de joven me preguntaba si eso era lo correcto porque chocaba con el actuar de las demás personas de mi entorno, pero con el transcurrir del tiempo me di cuenta de que esas cosas que aprendí de mi mamá, eran las correctas.

Todo lo que aprendí de mi mamá, mas adelante y ya con la reflexión propia de cada uno, me sirvieron para armar y practicar un comportamiento propio y original. Por ejemplo me hicieron comprender que nosotros en todo momento de nuestra vida y en nuestro actuar con las demás personas debemos mostrarnos amables, porque la misma palabra lo dice, hacernos querer, hacernos amables, que nos amen. En otras palabras, no hacerse odiar. Cuando uno empieza un dialogo con alguien que conoce por primera vez, la primera impresión es la que cuenta; una sonrisa, una palabra grata, una mirada sincera y un apretón de manos franco y fuerte, eso marca tu presencia ante los demás, para que mas adelante todo comentario tuyo sea aceptable y tomado en cuenta.

Espero no estar aburriéndote con todo esto, pero es necesario para poder decirte más adelante lo que quiero decirte en concreto, no puedo decírtelo de frente porque lo estaría sacando de contexto, y así de esta manera, puedas comprender todo lo que significa una crítica constructiva y no destructiva.

La responsabilidad, ¿Qué es la responsabilidad?, ese termino que a veces lo queremos entender de una manera efímera y pasajera. Ese valor lo aprendí directamente de mi madre. Ese valor que nos lleva a la preocupación cuando no tenemos dinero para pagar algún compromiso adquirido. Esa preocupación que muchas veces nos puede llevar a tener gastritis o ulceras. Ese valor me sirvió para poder afrontar mi vida de casado, y que los demás aprecien mi esfuerzo por mantener ese valor.

Cuando trabajaba en los grupos musicales, todo el dinero que ganaba era para lo que ya sabes, y nunca tuve responsabilidades, pero cuando me case cambio mi vida y salio a flote ese valor que me inculcó mi madre. Cambió por completo mi vida y tuve que afrontar algunas obligaciones que hasta la fecha se cumplen; claro que no son tantas como otros hogares, pero son obligaciones al fin.

Algo de lo que también estoy agradecido con mi mamá, es que nos enseño e inculcó la religión Cristiano Católica. Nos bautizo a los tres y los tres estudiamos en colegio católico. Dios puso en mi camino a la mujer que cambiaria mi destino, y me transformaría por completo y sobre todo a dejar la adicción. Mi esposa Adriana.

Nosotros los seres humanos, somos muy complejos, Dios nos hizo así, y cada uno de nosotros somos un mundo diferente. Cuando dos personas de ambos sexos, hombre y mujer, deciden unir sus vidas, se unen dos mundos diferentes, donde uno no puede absorber al otro, sino que cada uno sigue manteniéndose igual, claro que lo negativo de una u otra parte debe corregirse, en mi caso por ejemplo la adicción no podía mantenerse. Pero Dios es grande y gracias a El y mi esposa pude superar esto. Los caracteres y formas de ser se mantienen, lo que sucede es que cada uno debe aceptar a su pareja, tal y como es. Y lo más importante es que se quieran, que se tengan amor, porque cuando hay amor, se puede comprender y aceptar al esposo o esposa. Ojo que así como cada persona es un mundo diferente, cada matrimonio es un mundo diferente también.

Como quisiera seguir contándote algunas cosas mas de mi vida pero seria ya demasiado aburrido, mas bien en otra oportunidad, si tu gustas, te podría seguir contando. Por ejemplo como empecé a estudiar teología, y cual era mi inclinación religiosa por el llamado de Dios, dentro de la posibilidad, siendo casado, pero como te digo si gustas y lo permites más adelante en otra carta te lo cuento.

Ahora si quiero entrar en lo concreto de mi carta. Ya sabes lo que siento con respecto a mi mamá y mis hermanos, el cariño que siento por ellos, que por supuesto es un cariño diferente del que siento por mi esposa.

El problema de la aceptación entre las personas, el poder comprenderse mutuamente, es un poco complicado. No aceptamos a las personas que nos hacen daño, a las que no piensan como nosotros, a las que tienen otra religión. Pero la pareja en el matrimonio tiene que aceptarse tal y como son, con la gran diferencia que entre ellos existe amor, (que lógicamente debería existir entre todos los seres humanos pero de diferente manera). Es lógico y razonable que las familias de los esposos no se lleven bien, como por ejemplo: la suegra con el yerno, o la suegra con la nuera, o el suegro con el yerno, los cuñados, cuñadas, en fin, toda relación familiar. Pero pienso que si hacemos un esfuerzo en poder entender todo el contexto, de que los esposos se aceptan tal y como son, y que los cariños son diferente para el resto de la familia, podríamos comprender que todo tiene sentido dentro de la diversidad de caracteres.

Es lógico por ejemplo que mi mamá y mis hermanos no acepten a mi esposa, por su modo de ser, pero yo si la acepto, y ella a mi, porque nosotros nos queremos y nos aceptamos tal y como somos, y esto no quiere decir que yo deje de querer a mi mamá y a mis hermanos, es completamente diferente. No creo que porque no acepten a mi esposa, también no me acepten a mí, estaría cayendo en un error tremendo. Yo se que mi mamá y mis hermanos me quieren.

Lo que si creo que esta mal, y no estoy de acuerdo, es que, por no querer que Adriana sepa algunas cosas que ocurren en sus vidas, no me las cuenten a mí. Eso a mi modo de ver es que, como no tienen confianza en mi esposa, tampoco la tienen en mí. Es como que a Adriana su familia le oculte cosas para que yo no me entere, que dicho sea de paso es todo lo contrario. Todo esto te lo cuento no con el ánimo de querer decir que estoy molesto o que me siento mal con esto, sino para reflexionar y pensar que algunas cosas están mal.

No pido que acepten a mi esposa como yo la acepto, sino que comprendan las diferencias de las cosas y no me oculten sus triunfos y fracasos en sus vidas. Porque podía pensar que no me dicen nada, porque a mi no me interesa; entonces por efecto lógico, ¿lo mío tampoco les interesarían?

Lo que también creo que esta muy mal, es que nos hayan ocultado el embarazo de nuestra sobrina ahijada Milagros. Casi hasta el último momento de su parto nos enteramos, y esto en verdad me dio mucha pena, y me hizo pensar que de repente no querían que nos enteráramos. ¿Te das cuenta lo que uno puede pensar si se ocultan las cosas?

El colmo de la incomprensión, es pensar también que Adriana mi esposa, me dice lo que tengo que hacer, como por ejemplo, y, ya al extremo, que ella me dice lo que tengo que escribir en esta carta. Eso sería pensar que yo no tengo voluntad propia y eso estaría ofendiendo a mi persona, me calificaría como un incapaz, intelectualmente hablando.

Para terminar, quiero decirte que para mi está bien claro el cariño que siento por mi mamá y mis hermanos, los acepto tal y como son, porque los quiero de verdad. Espero no ser un poco tosco al decirte esto, pero no acepto que nadie me diga si los quiero, o no los quiero, o si me acuerdo de ellos o no. Siempre pienso en mi madre y mis hermanos, a cada instante, en los momentos gratos que pasé con ellos cuando era soltero, y también en los momentos ingratos, que por mi culpa los hice pasar.

Prima con todo el amor del mundo, te he dicho todas estas cosas, porque te quiero, quiero a mi tío Pepe, mi tía Martha, mis primos y siempre me acuerdo de todos los momentos agradables que pasamos juntos con Adriana cuando hace ya hace algunos años los fuimos a visitar. Quiero mucho el recuerdo de nuestra Abuela Isabel, con ella también pase momentos muy agradables cuando íbamos a visitar a tu papa, a Trujillo.

Bueno me despido, aguardando tu respuesta.

Esperando tus noticias me despido con todo el amor de Dios:

Andrés.

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