El liderazgo y el manejo de la vida emocional
El liderazgo implica expresarse en forma completa y eficaz; quiere decir que los líderes se conocen a sí mismos, saben cuáles son sus cualidades y sus fallas, como desplegar totalmente esas capacidades y compensar esas fallas. También saben lo que quieren, porqué lo quieren, y como comunicarles a otros lo que quieren a fin de lograr su cooperación y su apoyo; finalmente, saben cómo alcanzar sus metas. La clave de la auto expresión completa es la comprensión de sí mismo y del mundo controlando todas nuestras emociones y la clave de la comprensión es aprender de la vida y las experiencias propias. El propósito del estudio de las emociones es comprender qué significa proporcionar inteligencia a la emoción y cómo hacerlo. Para llegar a ser consciente de nuestras emociones y temperamentos hay etapas básicas fundamentales que estudiar, y en este artículo mencionaremos una parte y es acerca de la arquitectura emocional del cerebro y su coeficiente emocional.
Teniendo la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos contaremos con la inteligencia emocional suficiente para comprender la interacción de estructuras cerebrales que dominan nuestros momentos de rabia y temor (o de pasión y dicha) lo cual revela mucho acerca de cómo incorporamos los hábitos emocionales que pueden minar nuestras mejores intenciones, así como acerca de lo que podemos hacer para someter nuestros más destructivos o contraproducentes impulsos emocionales. La capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de diferir las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás son características de un formado cerebro con control emocional.
Nuestro cerebro emocional nos permite apreciar la vida, interactuar con nuestras emociones, tener creencias, ser felices y estar alegres; recordemos que sonreír produce una serie de cambios bioquímicos que cambian nuestra emoción y favorece la salud. El desarrollo del “coeficiente emocional” nos da más herramientas para reconocer y superar las emociones destructivas y cultivar las emociones benignas, pero el primer paso es el reconocimiento de nuestro estado emocional y el permitirnos entrar en contacto con nuestros sentimientos. Un gran descubrimiento de los estudiosos del mundo emocional, es que cada emoción tiene una frecuencia determinada, una especie de vibración, y las emociones, por ser energía, pueden ser transformadas, y elevadas en su frecuencia; intentemos estar en una frecuencia estable en la cual predomine la inteligencia.
Programa de Maestría el Liderazgo Desarrollador, Instituto de Ciencias y Educación Superior
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