Consideraciones sobre la fotografía de bodas
Hace unos días conversaba yo con un colega fotógrafo que, como yo, se dedica a hacer reportajes de bodas. Él me decía que siempre daba indicaciones a los novios antes de la boda acerca de cómo deben colocar las manos al momento de ponerse el anillo en la ceremonia religiosa, de cómo deben colocarse a la hora de que les coloquen el lazo, de como debe ser la iluminación en el salón de la recepción, etc.
Este amigo y colega pretende que todo en la boda gire y se organice alrededor de las necesidades del fotógrafo, cosa totalmente imposible tanto en lo pretencioso de la idea como en la práctica misma, y es que lo que hace a la fotógrafía de bodas un género fotográfico verdaderamente dificil de realizar es precisamente que un evento de casamiento está compuesto por una gran cantidad de sucesos imprevistos y a veces hasta caóticos.
De ahí que el fotógrafo cuando se enfrenta a una boda deba convertirse en un "cazador" literalmente. Debe estar permanentemente presto y con la cámara lista para capturar aquello que es trascendental para la pereja, aquello que, sin duda les gustará ver después en su álbum.
Para un fotógrafo de bodas no hay segundas oportunidades, si no fue capaz de hacer la toma, la perdió para siempre.
La fotografía de bodas es muy desdeñada y criticada por otros fotógrafos que se dedican a otras ramas de este arte, calificándola de fotografía de segunda y cursi, sin embargo, un reportaje de bodas es, a mi modo de ver, la fotografía más díficil.
El fotógrafo paisajista, el de estudio, el de naturaleza, cuentan con todo el tiempo del mundo para hacer su toma, el paisaje siempre está ahí, el modelo o la modelo en el estudio esperará pacientemente a que el fotógrafo logre la foto que desea, el que retrata animales, insectos, flores, siempre tiene la oportunidad de repetir la toma, incluso de volver otro día si las cosas no fueron favorables, el fotografo de bodas si no captó el momento en que se colocan los anillos o el beso, el gesto, la lágrima de emoción, no podrá pedir que se repita para que el pueda tomarla.
Si a esto agregamos los cambios bruzcos y repentinos de luz, pues no es la misma luz dentro de la iglesia que afuera, no es la misma luz en casa de la novia que en el salón de fiesta. El fotografo de bodas debe ajustar su cámara con una rapidez que ningún otro fotógrafo requiere para su trabajo.
La pretención de mi amigo de que los novios se encarguen de facilitarnos las cosas a los fotógrafos puede parecer muy buena idea, pero no lo es en realidad pues el día de su boda la pareja está muy ocupada, están emocionados y hasta estresados como para estar pensando también en ponerle al fotógrafo la luz y las poses ideales.
En conclusión, si quieres ser fotógrafo de bodas, prepárate bien y ve a hacer tu trabajo sabiendo que no sabes lo que encontrarás y que, además, deberás entregar un trabajo de muy alta calidad. ¡Suerte!
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