Qué ocurre cuando la navegabilidad de una web es nula

Habitualmente, cuando una persona visita una página web lo hace con un objetivo ya muy claro: para buscar un tipo de producto específico. Es posible luego que se ande por los cerros de Úbeda y termine mirando otra cosa que no estaba en sus planes, pero lo normal es que cuando se busca una web determinada es porque se quiere un servicio o artículo que se necesita.

Imagina que se trata de una web de productos de farmacia y parafarmacia donde la variedad es exquisita. Aquí habrá cosméticos, material para bebés, artículos ortopédicos, de higiene, dietéticos y hasta de salud sexual. En cada uno de estos sectores luego hay también un amplio abanico de posibilidades. Dentro de los artículos ortopédicos por ejemplo habrá fajas, muñequeras, rodilleras, pantis, calzados, etc.

Cuando accedes a esta web y necesitas un producto ortopédico, no das con él. Entonces surge la típica frase de "esto es un rollo, no lo encuentro" y terminas abandonando la web porque lo que los informáticos y programadores denominan navegabilidad es nula. Y de la arquitectura de la información mejor ni hablar.

Por ello, aunque no lo parezca a simple vista, el diseño de web es sumamente importante, pues es el diseñador de esta quien tiene la máxima responsabilidad en un primer momento para que la web funcione correctamente y para que, en el caso de empresas que viven de los productos que venden vía Internet, tenga éxito. Es cierto que además del diseño, importa también que la web ofrezca servicios de calidad a buen precio, pero lo primero que llama la atención es el diseño de la página web y si este es bueno dará pie a que la empresa obtenga mejores beneficios.

Así pues, si tienes una empresa online, revisa el diseño de tu web, ponte en el lugar del visitante. Si tú eres capaz de encontrar tus propios productos, te resulta fácil y cómoda la navegación, ofreces buenos servicios y la web te cautiva, entonces es que ya está lista para ser visitada.