3 ejemplos reales de cómo mejorar la movilidad en una ciudad

A nivel mundial uno de los mayores retos de los gobernantes es mejorar la movilidad de sus ciudades bajo estrategias efectivas que a la vez no incomode el cotidiano vivir de sus ciudadanos para sus desplazamientos rutinarios al trabajo o escuela.

Los inmensos atascos de tráfico de ciudades altamente pobladas como Tokyo con aproximadamente 40 millones de habitantes; Sao Paolo, Ciudad de México y Nueva York con más de 22 millones de habitantes; Los Ángeles, Buenos Aires y Bangkok con más de 17 millones de habitantes, por mencionar algunos, hacen que las estrategias de movilidad sean lo más innovadoras posibles.

Cada año, la firma estadounidense Inrix realiza un estudio que permite establecer el ranking de las ciudades más congestionadas del mundo.

Para el 2021, el ranking de las 5 ciudades con el peor tráfico estuvo así:

• Londres (Reino Unido)
• Paris (Francia)
• Bruselas (Bélgica)
• Moscú (Rusia)
• Palermo (Italia)

Una de las variables más importantes que se tienen para determinar estos resultados, es el tiempo que una persona emplea para desplazarse de un lado a otro. Bien sea a sus trabajos o escuelas.

Por ejemplo, en Londres los conductores pierden hasta 148 horas en el tráfico al año.

Es aquí en donde entran en juego estrategias efectivas para mejorar el tráfico de una ciudad que permitan disminuir los tiempos en los desplazamientos.

Es por esto, que hoy en día se implementan conceptos nuevos como Movilidad Inteligente o Smart Mobility. Entonces…

Es la optimización del transporte y las comunicaciones para consolidar nuevos estándares de sostenibilidad, eficiencia, seguridad y calidad de vida.

En otras palabras, la movilidad inteligente busca mejorar la calidad del aire, disminuir la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico y reducir los atascos en las calles, a través de la utilización de Big Data para entender mejor los flujos de transporte.

Así las cosas, entonces veamos...

Nuestro primer ejemplo es K-City en Corea, es una ciudad diseñada para vehículos autónomos. Los vehículos sin conductor tienden a ser una de las mejores apuestas en el futuro de la movilidad.

Según el Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte de Corea del Sur, K-City funcionará en base a sistemas de transporte inteligente.

El proyecto K-City, desde el 2017 permite realizar experimentos tecnológicos en sus más de 360.000 metros cuadrados que contienen semáforos inteligentes, señales de tránsito, carriles de autobús, zonas de estacionamiento y autopistas sin ningún tipo de intervención humana.

Por norma, existen 6 niveles de automatización de vehículos autónomos; desde el nivel 0 hasta el nivel 5. El nivel 5 es la máxima autonomía, en donde no se requiere ninguna intervención del ser humano para el control del vehículo y la toma de decisiones.

En segudo lugar, y haciendo de lado los vehículos 100% autónomos y centrándonos en el correcto uso del transporte público, el puesto número uno se lo lleva la ciudad de Berlín.

Berlín cuenta con una red de transporte público que llega prácticamente a cualquier punto. Un tranvía de 22 líneas y más de 400 estaciones o 150 líneas de autobuses, 10 líneas de metro y 15 de S-Bahn, forman una red completa que llega hasta los lugares más lejanos de la ciudad.

Esta telaraña que forma el transporte público en Berlín deriva en una disminución en los desplazamientos en vehículo privado.

Definitivamente, da gusto tomar el transporte público en Berlín, y es un ejemplo para el resto.

Por último, en Liaobu, provincia de China, DHL ha implementado el servicio de entrega de paquetería mediante drones. Este servicio elimina las barreras del tráfico habitual disminuyendo los tiempos de entrega de la empresa.

Pero más allá de los beneficios para la empresa, son los beneficios para ciudades bastante pobladas, ya que se disminuye la cantidad de conductores en las carreteras, disminuyendo a su vez el riesgo de accidentes.

Así mismo, retomando el concepto de movilidad inteligente, el uso de drones ayuda considerablemente a la reducción de la contaminación ambiental.

Estos son tal solo tres ejemplos reales y contundentes de cómo una ciudad puede mejorar la movilidad en sus carreteras, bien sea apoyándose de la tecnología e innovación, o con una excelente distribución, conexión y uso de toda la red de transporte público.