El colapso medioambiental del planeta
A partir de la segunda mitad del pasado siglo, tanto desde el mundo científico como desde muchos grupos ecologistas, se venía advirtiendo de la degradación del medio natural y se auguraba un futuro problemático a menos de que se tomaran medidas para evitarlo.
A día de hoy (año 2023) pomos ver claramente como muchos de aquellos malos augurios no solo se han cumplido sino que en muchos casos incluso se han quedado cortos.
Salvo los negacionistas mas recalcitrantes, hoy en día nadie niega las desastrosas consecuencias de la contaminación por el abuso de la actividad industrial y humana sobre el planeta, como el cambio climático, la destrucción medioambiental, la sobreexplotación de los recursos naturales, etc., con todas sus derivadas: temperaturas extremas, sequías, inundaciones...
Sin embargo no se hace nada serio para evitarlo. A la humanidad nos pasa algo parecido a los adictos al alcohol o a las drogas, que aun sabiendo que están destruyendo su organismo no pueden dejar de consumir. Así nosotros aun sabiendo que estamos destruyendo nuestro medio de vida (el planeta) seguimos con las mismas actividades sin hacer nada para revertirlo.
Podemos echar la culpa a los políticos o a los poderosos del mundo, pero la realidad es que hace falta un cambio de paradigma radical para evitar la catástrofe. En lugar de buscar el crecimiento a toda costa deberíamos buscar el equilibrio con la naturaleza. Para ello es necesario un cambio radical en la mentalidad y en la manera de enfocar los problemas del mundo.
Si creemos que con la energía de fusión, con el hidrógeno verde o con las llamadas energías limpias ya estamos salvados y podemos seguir consumiendo a tutiplén, estamos muy equivocados. También hay quien cree que estableciendo bases en la Luna o en Marte podremos salvarnos del cataclismo pero esto no es así, porque allí donde vayamos llevaremos con nosotros la desarmonía y los problemas (la codicia, la envidia, etc.).
La única forma de evitar el colapso del planeta es un cambio en el fondo de cada persona, la eliminación de los factores que originan los conflictos. Solo así podremos regresar al ‘paraíso perdido’, o sea, al equilibrio natural con el planeta que nos alberga y que nos da la vida.
Seguir así tal como vamos solo nos puede conducir al desastre.
Afortunadamente, en la actualidad existen unos importantes movimientos de carácter ecologista que tratan de influir en la sociedad para reconvertirla hacia un modelo mas sostenible. Esto es algo muy esperanzador pero estas corrientes deberían incluir en sus programas de acción el trabajo interior encaminado hacia la disolución del Yo para no fracasar en sus objetivos.
valentinguiaho@hotmail.com
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