Iniciados, Maestros y Mitómanos
Según un antiguo proverbio, de lo sublime a lo ridículo solo hay un pequeño paso.
En los mitos de la antigüedad se menciona el caso de Nemrod quien quiso alcanzar el cielo construyendo una elevada torre en el país de Babel. También se menciona a Salmoneo, rey de la Élide, que quiso emular a Zeus imitando el rugido de los truenos y el resplandor de los rayos con estrépito y antorchas encendidas, reclamando para sí los honores divinos.
Tanto uno como el otro fueron castigados y arrojados al abismo.
Sin perjuicio de las distintas interpretaciones que se puedan dar, estos mitos del clasicismo antiguo nos invitan a reflexionar sobre algo muy lamentable y demasiado frecuente en el mundo actual: al lado de los verdaderos Maestros existen también los mitómanos, excéntricos personajes que jamás han pisado el camino de la auto-realización íntima y que pretenden poseer un conocimiento y unas facultades de los que carecen en su totalidad. El mitómano es un personaje de conciencia profundamente dormida y con un Ego demasiado grande, que se cree un ser trascendido. Lo peor de todo es que esta clase de sujetos casi siempre consiguen atraer a una corte de acólitos que los endiosan y se convierten en sus seguidores. Son ciegos guías de ciegos.
Un Iniciado es una persona que ha empezado a caminar por la senda de la Revolución de la Conciencia, sus capacidades y sus conocimientos son limitados, pero lo sabe y nunca pretendería pasar por un auténtico Maestro ni osaría enseñar lo que ciertamente ignora. Un Iniciado conoce sus capacidades y también sus limitaciones. Su trabajo es proseguir en la senda, escalando paso a paso por la montaña del Ser, hasta alcanzar la maestría, lo que no es nada fácil…
Un Maestro auténtico es otra cosa, la maestría se alcanza cuando el Ser Interior se expresa sin impedimentos a través de la humana persona.
Un mitómano no es un Iniciado ni un Maestro, es simplemente una persona vulgar que en un momento determinado decide proclamarse a sí mismo como un ser trascendido y, como Salmoneo, imitar a los Maestros engañando a la gente con artificios insustanciales: vacuidades que, sin embargo, tienen un alto poder de seducción para confundir la mente de los incautos.
La mitomanía es una forma de paranoia que se manifiesta en muchas personas a través de diversos aspectos de la vida cotidiana, pero el mas peligroso de todos es aquel que se presenta en el mundo de las inquietudes espirituales. Un mitómano de este tipo suele sufrir de alucinaciones y delirios de grandeza, se cree la reencarnación de algún personaje mítico y por lo común se siente llamado a cumplir una misión especial que le impulsa a cometer toda clase de actos excéntricos y sin sentido.
Las personas que anhelan de forma seria el despertar de su conciencia y el auto-conocimiento profundo deben cuidarse de esta clase de personajes. Un Maestro auténtico nos guiará por el camino, nos entregará el conocimiento y la fuerza que necesitamos para recorrer la senda de la auto-realización. Pero si, por error, caemos en manos de un mitómano deberemos sufrir sus locuras y desvaríos, convirtiendo nuestra vida en un infierno, hasta que de una u otra forma nos demos cuenta de la equivocación cometida y la corrijamos.
valentinguiaho@hotmail.com
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