¿Realmente te Quieres?
Vivimos la vida como actuación. Cada día se nos impone con mayor fuerza la cultura de la apariencia, del qué dirán. Regalamos por cumplir, por no quedar mal, porque todos lo hacen..., no por agradar. Manejados por la publicidad y las propagandas, compramos no lo que necesitamos, sino lo que el mercado necesita que compremos y para que nos vean los demás. No para nosotros realmente.
El mercado crea incesantemente nuevos productos y la televisión se encarga de convertirlos en necesidades. Hablamos sin pensar lo que decimos, vivimos rutinas, compramos propagandas.
Decimos que nos divertimos mucho en la fiesta porque se espera que digamos eso, que nos gustó mucho la película publicitada que todo el mundo dice que es muy buena, aunque nos hayamos aburrido soberanamente al verla. Aplaudimos porque todos lo hacen; sonreimos, sin saber por qué, cuando todos lo hacen.
En breve, cada día son menos las personas que se atreven a vivir, a ser dueños de su propia vida, a quererse: la mayoría vive para los demás: el televisor, las costumbres, las modas, el qué dirán...
El qué dirán constituye una agobiante preocupación que se abate sobre muchas personas. Puede llegar a ser como una especie de terror a hacer el ridículo, de obsesión por ser como todos, a seguir el camino que siguen todos, a trabajar en lo de todos, a no romper esquemas porque “ no somos capaces de hacer aquello que los demás no hacen para llegar a tener lo que los demás no tiendrán”.
Por ello hacemos mayor ostentación de lujos o de originalidad y en la mayoría de los casos preferimos esto, antes que invertir en nosotros mismo, en nuestra salud tanto física o mental, en sentirnos a gusto, en estar bien con nosotros mismo. Lastimosamente nos centramos en:
"Ir allí adonde va todo el mundo";
"En hacer lo que todos hacen";
"En aplazar lo bueno, lo que nos mejora la salud física y mental a cambio de adquirir apariencia inmediatamente";
"En pensar como todos. Nadie piensa así, ¿por qué voy a ser precisamente yo la excepción?".
La razón más fuerte suele ser una de las antes apuntadas: "¿qué quieres que haga?, es lo que hace todo el mundo..." (todo el mundo..., en el mundo en que él se mueve).
Si lo han rechazado por la sencilla razón de que no viste con ropa de marcas, diseñadas por diseñadores famosos y lo tildan de "mal vestido", no se preocupe, solo tiene que sacrificarse y dejar de comer si es posible durante un mes, tal ves a sí puede reunir para comprarse aunque sea una pieza de marca la cual se tiene que poner cada vez que visite a sus amistades, también puede comprar ropa de imitación y hacerla pasar por original simplemente consiga etiquetas de ropa de marcas y cósalas en su ropa de imitación. Así se sentirá bien aunque este enfermo.
Vivir una vida de mentira, es no vivir…vivir una vida virtual, imaginaria o aparentando lo que no es…es vivir estando muerto, es en definitiva -no quererse-.
¡Que seas muy feliz!
Franco Emilio Ayala
Distribuidor Independiente de Omnilife
Codigo Internacional 57099053 AMF
http://www.omnitodo.com/
Me encantó el artículo desde el comienzo, contiene muchas verdades.
Tenías q ser de Omnilife, jajaja!!! Saludos de otro distribuidor q anda x la europa!!!
Abrazos...te agrego en el facebook para conversar...
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