El Diálogo Conceptual y la Falta de Pragmatismo Político Democrático
Todo diálogo político del gobierno actual socialista se ha centrado en elucubraciones conceptuales nacionalistas más por conveniencias de los gobiernos autónomos que por las necesidades que realmente precisan una renovación integral para el bienestar de la convivencia del ciudadano. Parece ser que la ambición independentista de los gobernantes de cada una de las autonomías desemboca en la centralización de un poder "buroplutocrático"* de cada uno de los estados autonómicos que del consenso democrático que descentraliza el poder representativo de un Estado en representación de cada uno de los ciudadanos que forman y constituyen en función a sus esfuerzos, necesidades e intereses al margen de cualquier nacionalidad que no sea la Única y Verdadera Unidad Estatal, que no sólo es capaz de unir a autonomías y estados federales, sino también a naciones de naciones en una sola: el "Demos" del pueblo; el "Demos" del mundo, la democracia.
El problema de la falta de integración de un ciudadano en el sistema social democrático y constitucional que rige la sociedad vigente, no sólo es problema de ese ciudadano sino de esa sociedad que lo margina por falta de pragmatismo político de ese sistema. Si los representantes de los Estados gubernamentales del Congreso y del Senado no atienden a los esfuerzos, necesidades e intereses prácticos que verdaderamente crean la inquietud en el convivir del día a día de cada uno de los ciudadanos, la recapitulación Constitucional sólo queda en mera recapitulación.
La financiación de partidos, el Estatut de Cataluña, la independencia del País Vasco y el terrorismo, la educación no de fondo, sino de forma de financiación, y la forma de enseñanza obligatoria u optativa de la religión en un Estado laico, hacen sombra a problemas laborales, el acceso a la vivienda, el sistema de enseñanza vigente, la seguridad ciudadana y la inmigración. Los políticos de hoy, tanto los que presumen de conservadores y moderados como los que se las dan de tolerantes progresistas y liberales, intentan crispar y confundir no sólo a toda la ciudadanía sino también a todos los medios de comunicación en un desconcertado diálogo conceptual que hasta los propios congresistas y senadores que impulsan e incitan a tal diálogo, acaban por divagar sin saber ni ellos mismos dónde acabará todo ese galimatías. Quizá esta sea la verdadera estrategia de los políticos que se agazapan y aferran al poder: mucho ruido y pocas nueces.
"Buroplutocracia"*: abuso del poder ejecutivo y de la administración pública por apoyo y conveniencia de los grandes financieros.
Autor: Augusto González González
Web: http://www.elmetrogay.com
E-Mail: metrogay@elmetrogay.com
En DEMOCRACIA es inadmisible hablar de "única y auténtica unidad estatal" como he leído en este artículo. Ni siquiera desde un punto de vista filosófico, al margen de fundamentos jurídicos o políticos, cabe admitir esa afirmación. Catalunya, la NACIÓN CATALANA, podría decidir mañana que esa unidad estatal española le resulta perjudicial y, en consecuencia, romperla. Otra cosa sería que su decisión democrática se negara y se combatiera, pues entonces, no habría democracia. Saludos y Arreveure!
Hola, soy el autor del escrito. He leido su comentario y me ha dado la impresión de que lo ha malinterpretado. Cuando escribo de la "única y auténtica unidad estatal" no me estoy refiriendo a ningún estado de autonomía, ni a estados federales, ni mucho menos aún a nacionalidades como Estado, sino al consenso democrático independiente de un pueblo o pueblos que como unidad, antepongan los derechos humanos a los intereses creados que puedan tener las diferentes nacionalidades en busca de beneficios económicos, políticos y sociales que puedan tener en común.
Hola. Soy el autor del texto. He leido su comentario y por lo que he visto me ha dado la impresión de que lo ha malinterpretado. Cuando escribo refiriéndome a la "Única y Auténtica Unidad Estatal" no quiero decir que sea la unión del estado de las autonomías ni la de estados federales y nacionalidades como Estado, sino partiendo desde el respeto como identidad individual se pueda llegar al consenso como "Única y Auténtica Unidad" de un pueblo o pueblos que formen y constituyan una comunidad anteponiendo lo que son los derechos humanos a los propios intereses creados de cada nacionalidad.
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