Apodos: Una larga tradición
Cuando nos referimos a la palabra "apodo" estamos sugeriendo la alternativa a llamar a una persona por otro nombre, ya sea por sus caracterísitcas físicas u otros motivos. Apodos, motes, o como se les quiera llamar los hay muchos y muy diferentes. Los hay graciosos y no tanto, los hay que duran toda la vida y los hay que simplemente no le van a la persona que los recibe; de allí a que, se dé lugar a los denominados apodos absurdos, los cuales, apenas recordamos ni pasan a formar parte de los anales de la historia. No obstante, parece que los apodos forman parte de una larga tradición forjada a fuego lento y están inmersos en la memoria de cada uno de nosotros, nos guste o no. Por otro lado, no hay una definición exacta para la palabra "apodo" pero, quien más y quien menos sabe lo que ésta significa y los usa o ha usado alguna vez en su vida cotidiana sin contemplaciones, a destajo y de forma reiterativa. Como todo el mundo sabe, hay muchas formas o maneras distintas de decir las cosas, aunque a veces, tengamos más o menos suerte en cómo nos expresemos de cara hacia nuestro interlocutor o interlocutores. También cómo no, los habremos recibido en mayor o menor media y con mayor o menor agrado o grado de satisfacción por nuestra parte. Tanto es así que, el ser víctima de un apodo malintencionado acaba por pasar factura a la persona que lo recibe y que de alguna manera los sufre. Llegando incluso a minar la autoestima de esa persona cuando lo que se pretendía simplemente era tomarle el pelo, gastandole una broma, y en la mayoría de los casos sin malas intenciones.
Hoy en día, incluso podemos encontrarnos listas de apodos por internet a cual más graciosa. Apodos hay tantos como imaginación y creatividad tengamos pero, al final, suelen ser los más antiguos, o los que nos han dicho alguna vez, aquellos de toda la vida, los que más triunfan. Pero con esto no podemos pretender ignorar lo que es nuevo y llamativo puesto que, suelen ser también los más recordados. ¿Ejemplos de apodos? depende de muchos factores internos o externos pero, vamos a poner una pequeña selección para ir haciendonos una idea de como está el patio ultimamente:
Apodo famoso: "La Fresita", "Elcorreveydile", "El Piraña". Apodo familiar: "Pas Pas", "Cuchi-cuchi", "Berbe". Apodo absurdo: "La Barbillotas", "La dos espaldas", "El Cara-crater". Apodo malintencionado: "El encoñao", "el mofeta", "La dientes de caballo" ... y así podría seguir. La lista es interminable y porqué no decirlo en muchos casos muy amena para el lector.
En mi opinión, los apodos son como el buen jamón; producto nacional y hay que saber jugar con ellos, porqué estoy segura de que todos tenemos uno. Hay que aceptarlos si nos los ponen de la mejor manera posible, contraatacar si es preciso y ser cautos al ponerlos para no herir tampoco la sensibilidad de nadie. La vengaza sólo genera más vengaza igual que la violencia sólo genera eso, más violencia; aunque al principio lo primero parezca un simple juego de niños. En resumen, hay que seguir con la tradición siempre y cuando ésta nos enseñe algo.
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