Adelgazamiento localizado II: cómo quemamos las grasas
Dejando para otro día la descripción de los distintos mecanismos de obtención energética del organismo, me centraré en nuestras reservas energéticas de larga duración, las grasas. ¿Y por qué? La operación bikini ya está aquí, y no quiero verte en el gimnasio o en casa haciendo cantidad de abdominales o patadas de glúteos cada día. No es necesario. Es más, puede que incluso acabes sobrecargado de cierta musculatura, a la vez de haber dejado de lado otros músculos, no menos importantes.
Como ya he dicho, las grasas son nuestra mayor fuente energética de larga duración. Su función es darnos energía cuando no tenemos nada que comer o cuando la actividad que estamos llevando a cabo supera cierto tiempo. Además, su “combustión” es muy lenta, lo que la hace aún más duradera. Y nunca la utilizamos como fuente energética única, siempre acompañada por la ayuda de otras fuentes, básicamente glucógeno muscular y hepático (azúcares).
Así que cuando estamos haciendo una serie de abdominales, no utilizamos la grasa como fuente energética para nada. Ni en una, ni en dos, ni en tres series,… Se ha calculado que la mayoría de nosotros empezamos a usar la grasa como energía a partir de los 25-30 minutos de ejercicio moderado (60-80% de nuestra frecuencia cardiaca máxima). Y en ese momento no es sólo grasa lo que “quemamos”, sino una mezcla entre ésta y glucosa en sangre. Cabe decir que hay personas, generalmente atletas altamente preparados, que utilizan la grasa mucho antes que nosotros, incluso sin hacer ningún ejercicio, ya que su metabolismo es tan elevado y sus sistemas energéticos son tan eficientes que no llegan a acumularlas.
Por tanto, ya tienes un motivo para dejar de hacer abdominales con el fín de bajar barriguita. A no ser que seas capaz de estar una hora seguida sin parar haciendo abdominales. Realmente nadie es capaz… el ácido láctico acumulado no lo permitiría (esa sensación de quemazón que acaba apareciendo después de unas cuantas repeticiones).
Si además recurrimos a lo absurdo, pongamos como ejemplo una persona con sobrepeso y una cintura de 120 centímetros (nos vamos a un extremo). Se dedica durante un mes a hacer mil abdominales diarias. Nada más. Ni ejercicio cardiovascular, ni muscular de cualquier otro músculo, ni un buen comportamiento dietético. ¿Crees que después de un mes tendrá una cintura de avispa? Lógicamente el resto del cuerpo no habrá adelgazado nada, ya que no lo habrá entrenado. Yo creo que lo único que habrá conseguido es un buen dolor de espalda…
Concluyendo. El adelgazamiento localizado no existe. Sí que existe el adelgazamiento proporcionado (en cuanto a distribución) y progresivo (en cuanto a tiempo). La base: ejercicio global y buena alimentación. Ejercitar los músculos abdominales o de las piernas es necesario, pero no más que el resto de la musculatura. Por lo tanto con trabajarlos un par de días a la semana es más que suficiente. A nivel de salud estarás cubierto, y a nivel estético simplemente te proporcionará un aspecto más terso de la zona trabajada.
Por cierto, lo más importante. No bases tus objetivos en la estética. Sabemos que está ahí, y hoy en día no podemos negar que es importante tener un aspecto saludable. Pero fíjate más en tu salud. De cara a las formas, cada uno tiene la suya. Acepta la tuya. Piensa que, como ya hemos visto, si eres ancha de pelvis tienes todos los números para que la mayor parte de reservas vayan a parar ahí. Intenta no acumular esa reserva, y presume de tus curvas. Y por favor, no recurras a la cirugía.
Entrena tus “zonas conflictivas” sólo un par de días a la semana. Cuida tu alimentación. Y quiérete tal y como eres.
Escucha Tu Cuerpo
Registro automático