La seguridad de PayPal y el caso WikiLeaks
Las noticias que hemos conocido desde finales de Noviembre y principios de Diciembre de este año 2010, sobre todo aquellas donde el poder comunicacional de Internet ha estado involucrado, nos han dado a conocer un portal de noticias llamado WikiLeaks, una página especializada en filtrar documentos, considerados secretos por gobiernos dominantes, cuyo propietario, Julian Assange, se encuentra detenido por alentar la difusión de información “clasificada” por gobiernos mundiales, especialmente de Estados Unidos.
A raíz de esta situación se ha levantado en el mundo, especialmente en las redes sociales que hacen vida activa en el cibermundo de Internet, un movimiento espontáneo que dice luchar por la libertad de expresión en la Red y que amenaza con boicotear todos aquellos servicios que apoyen las acciones contra el portal WikiLeaks y su líder.
Esto ha llevado a muchos analistas a hablar de un nuevo estilo de guerra, la denominada “ciberguerra” o “Guerra Cibernética” en donde “nadie puede sentirse a salvo”.
A raíz de esta confrontación está la negativa de Amazon.com a continuar a otorgar sus servicios de hosting a WikiLeaks, así como la empresa de cobros y pagos PayPal, por bloquear la cuenta del mismo portal. Como consecuencia, el grupo “anonymous”, Un grupo de hackers informáticos, se ha responsabilizado por los ciberataques realizados contra la página web de MasterCard, Amazon, PayPal, entre otros objetivos, como represalia por las decisiones de dichas compañías en contra de Wikileaks.
El ataque consistió en provocar la caída de las páginas web de dichas empresas mediante la saturación de peticiones simultáneas que sobrepasa su capacidad para atenderlas. Muchas peticiones anónimas sobre una página la hacen colapsar y bloquean su capacidad de respuesta. El sistema se cae aunque las funcionabilidad, es decir, la capacidad de recibir y tramitar pagos seguros, no se ve afectada.
El ataque a PayPal, por dejar de gestionar la transferencia de donaciones a Wikileaks, supuso ocho horas de interrupción del sitio web y los servicios del popular sistema de pago.
A raíz de ello, la sociedad estadounidense de pagos por internet PayPal reactivó la cuenta de WikiLeaks, desbloqueando sus fondos, pero le impuso ciertas restricciones que le impiden tomar nuevos donativos hasta nueva orden, esto mientras se aclara si la difusión de ese tipo de noticias, consideradas como “secretos de estado”, pueden tipificarse como delito o no.
Todo esto demuestra, una vez más, lo cambiante y lo verdaderamente real que es el mundo cibernético. Internet son las calles del futuro, como afirman los analistas, y esto nos llevaría automáticamente a más problemas criminales y de terrorismo. Los crímenes parecen moverse en esa dirección, mientras que los mecanismos de detección de posibles criminales se harán, así lo creo, cada vez más sofisticados.
Estos episodios producirán una escalada de ataques y contra ataques que culminarán en leyes, restricciones y controles sobre el uso de la información en la Red y en la toma de los medios virtuales como campos de protestas y hasta de batallas. Los organismos financieros, como PayPal y similares, tomarán medidas adecuadas para garantizar las transacciones monetarias seguras y los usuarios a tomar las medidas correspondientes al caso.
Sin duda, Internet se está volviendo, cada vez, más real y tangible. No está en peligro la seguridad financiera por Internet, sino la libertad de expresar las opiniones políticas que vayan contrarias a los intereses de potencias mundiales. Para incrementar la seguridad por Internet existen muchos mecanismos de bloqueo, pero la defensa de la libertad de expresión tiene infinitas formas de manifestarse, sin importar el terreno ni el campo en que se hagan.
Luis Ignacio Storms
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