Qué es una Vida Saludable
Quizás ésta sea una pregunta amplia y compleja de responder en pocas palabras, pero lo cierto es que todos como seres humanos aspiramos a tener una vida saludable que nos permita llevar nuestra existencia de la mejor forma posible, o al menos el común de los mortales deseamos una vida que llene nuestras expectativas. Se ha dicho en muchas ocasiones que la felicidad del ser humano es completa, o casi completa, si tiene: salud, dinero y amor. Bueno, son posesiones muy anheladas, pero tenerlas todas ellas no nos garantizan la felicidad integral.
Para tener una vida saludable, aunque pareciera lo ideal, no basta tener buena salud física, ese es un parámetro engañoso. La vida saludable más bien implica tener una filosofía o un estilo de vida adecuado que nos permita vivir optimamente en tres grandes áreas existenciales a saber: En lo emocional, en lo físico y en lo espiritual.
Un estilo de vida saludable
Lo primero que debemos tener claro es que no se vive saludablemente si no se quiere ni se tiene la intención de hacerlo. Hay mucha gente que vive su vida sin prestarle la menor importancia a cuán saludable y optima es su forma de vivir, donde lo único que interesa es vivir por vivir pues está en este mundo sin saber por qué, y donde no existen planes ni metas, ni sueños, ni ideales ni nada.
Vivir saludable es tener una concepción de lo importante que es la vida en este mundo, de cuán importante es tratar de vivir bien cada segundo que pasa y disfrutar de lo que hacemos. Vivir saludable también implica saber que para lograr ello, debo respetar y dejar vivir con la misma calidad de vida que yo quiero a los demás. Significa además tener conciencia de la maravilla de la naturaleza que nos rodea , ese regalo tan grande que se nos ha concedido y lo mucho que significa que todos podamos cuidarla y disfrutar plenamente de ella.
La vida saludable, antes de ser una concepción egoísta donde me importa muy poco los demás, es un estilo en el que busco compartir lo que tengo y lo que sé, respetando a los demás.
Una mente saludable
Ser saludable implica primero una mente saludable. Nuestra mente rige nuestra conducta: lo que hacemos y dejamos de hacer. Nuestra madurez mental nos permite enfrentarnos a las situaciones cotidianas de la vida. Si hemos desarrollado poca madurez mental y emocional con el correr de los años, seremos volubles en nuestras decisiones, en nuestra apreciación y concepción de la vida.
Hemos escuchado muchas veces sobre personas de ‘carácter difícil’, de cuán infelices son ellas mismas y cuán infelices hacen a quienes los rodean: padres, hijos, parejas, cónyuges, etc.
Estas personas difícilmente pueden optar por una concepción de vida saludable, porque ellas mismas sabotean su propia felicidad y la de otros. Es necesario una salud mental adecuada, libre de prejuicios, derrotismos, pesimismos y conflictos para desear vivir una vida saludable. La vida saludable se crea primeramente como concepto en nuestra mente para luego poder ser llevada a cabo en base a nuestras acciones.
Está demás decir cuánto afecta una tendencia depresiva o nuestro estado de ánimo en el bienestar físico y cuánto puede influir ello en recuperarnos adecuadamente, por ejemplo de una enfermedad.
Físicamente saludable
El concepto de salud integral significa vivir saludablemente en todos los ámbitos de la vida, no solo en lo físico, de manera que nuestro bienestar físico es clave en el concepto de vida saludable pero no es el único. Ya vimos cuán importante es nuestra mente para entender y creer nosotros mismos en el concepto de vida saludable y llevarlo a la practica.
El ejercicio y la correcta alimentación son los factores claves para disfrutar una vida físicamente sana. Comer sano debería ser una prioridad para todos, pero lamentablemente este mundo moderno e industrializado ha trastornado nuestros hábitos alimenticios con las llamadas “comidas chatarras”, el exceso de preservantes, sustancias químicas dañinas, la comida artificial y así nos hemos alejado del alimento natural, que es el que más posibilidades nos ofrece de evitar males cardíacos, cáncer y enfermedades en general.
Debemos regresar a nuestras raíces, comiendo alimentos de la naturaleza y libres de preservantes para mejorar nuestra salud física.
La tecnología actual y el sedentarismo también juegan en nuestra contra, porque nos privamos de una buena caminata al aire libre. La natación, el ciclismo, etc. también son actividades sencillas de realizar que permiten mantener nuestros cuerpos activos y saludables.
La salud también está en el espíritu
Si fuéramos exclusivamente materia y mente, quizás el ejercicio físico y la inteligencia nos bastaría para satisfacer nuestra existencia. Pero hemos sido creados también como entidades espirituales, y esto al margen de que seamos o no religiosos.
Las actividades como la creación artística (la escritura, la música, la pintura, etc.), la oración, la meditación, entre otras, son actividades que alimentan nuestro espíritu, y por ende, nos hace más saludables. Todo ser humano puede reconocer, de acuerdo a su experiencia, que tiene necesidades espirituales que necesitan ser satisfechas para poder vivir con equilibrio y felicidad. Creer en Dios, en el bien y el mal, en que esta vida es pasajera pero hay una esperanza futura que trasciende más allá de la muerte, es una forma de reconocer que tenemos una razón por la que estamos en este mundo. Esto nos hace llevar una vida más saludable, porque llena nuestra vida de propósito y esperanza futura.
Para llevar una vida saludable debemos tener equilibrio en varias esferas de nuestra vida, desear realmente una vida optima y permitir que nuestros semejantes también tengan la vida saludable que nosotros anhelamos.
Registro automático