Síndrome de Tourett: Fallas en la producción de dopamina
Por Esteban Salazar Herrera
Quién no se ha topado, al utilizar el transporte colectivo, a una persona que sin motivo alguno se acomoda y vuelve a acomodar en el asiento y de vez en cuando lanza sus manos al aire como tratando de agarrar a una mosca invisible.
De hecho a mí me tocó ver a una mujer que sin motivo alguno se levantó de su asiento y empesó a darle de golpes a una joven madre y sus hijos. La respuesta de algunos pasajeros no se hizo esperar: expulsada del vehículo automotor colectivo.
También hay personas que se rien conmigo y sin mí, saludan y no saludan a nadie, y luego, en un cambio brusco de situación, se dan la media vuelta centrándose en ellos mismos sin su entorno.
Groserías y obscenidades
Esto es porque, según especialistas neurólogos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, proferir groserías y obscenidades es una de las manifestaciones más características de una afección neurológica conocida como Síndrome de Tourett.
Esta afección se caracteriza además en que los pacientes -en su mayoría varones- tienden a desarrollar tics (movimientos rápidos e involuntarios) tanto vocales como motores.
El encargado de la Clínica de Trastornos del Movimiento del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del Instituto en Jalisco, Francisco Javier Jiménez Gil, señaló que de la gama de afecciones que atiende en dicho servicio, el Síndrome de Tourett tiene una frecuencia de 15 a 20 casos anuales.
Se trata de pacientes en los que hay fallas en la producción de algunos neurotransmisores, entre ellos la dopamina y por lo mismo, tienden a desarrollar las manifestaciones ya referidas que van de simples a complejas y que, en casos severos, pueden ser excesivas y hasta agresivas.
Detalles
Parpadeo rápido y frecuente, sonidos guturales como gruñidos y carraspeos que en ocasiones se asemejan a los emitidos por animales, elevación y sacudimiento de hombros, así como gritos espontáneos, caracterizan a estos pacientes, los que además tienden a hacer señas obscenas en un trastorno conocido como copropraxia.
Las causas de este síndrome no se han especificado, pero se sabe que algunos casos tienen un componente heredofamiliar, dijo el especialista.
Comentó que suele estar asociado a trastornos obsesivo-compulsivos, de manera que los afectados pueden desarrollar ciertos ritos o manías como tener en un perfecto orden la ropa, los zapatos u otros objetos.
Conductas repetitivas
“Se acomodan el cabello frecuentemente, se lavan las manos también con mucha frecuencia, o les da por contar cuántas flores tiene un adorno o un cuadro o cuántos mosaicos están colocados en un piso o en una pared”, en fin, tienden a conductas repetitivas y obsesivas, señaló el médico.
Asimismo, tienden a gritar insultos repentinamente (coprolalia), sin dirigirlos a alguien en particular y en casos extremos pueden también lanzar golpes al aire.
Antes de los 18 años
Dado que las manifestaciones de esta enfermedad suelen aparecer antes de los 18 años, es común que los niños que padecen Tourett, tengan problemas en su entorno, social y escolar, principalmente.
Incluso la familia de este tipo de pacientes llega a pensar que se trata de algún problema de tipo psicológico o psiquiátrico por lo que no es infrecuente que estos especialistas orienten a los padres en el sentido de que la patología del niño amerita la intervención del especialista en neurología.
Incurable, pero controlable
Aunque se trata de una enfermedad incurable, no es degenerativa y con tratamiento que combina fármacos e incluso terapias de relajación y de respiración, el paciente puede llevar una vida prácticamente normal, dijo el médico, quien agregó que es frecuente que conforme se avanza en edad, las manifestaciones del síndrome tiendan a aminorar.
La recomendación es que ante los síntomas ya descritos, se busque atención médica especializada inmediata, ya que entre más oportuno sea el abordaje, mejor será la calidad de vida y el desarrollo de los pacientes, sobre todo considerando que el síndrome aparece desde la infancia.
Esteban Salazar
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