El problema argentino II
En mi primer articulo sobre este tema, plantee la necesidad de identificar las posibles causas de lo que di en llamar: "el problema argentino".
A pesar de que la historia desde pedro de Mendoza hasta la fecha, descubre situaciones y hechos que guardan alguna semejanza conceptual, con los que a mi generación nos toco y toca vivir.
No se mencionan demasiados datos sobre el termómetro social de las distintas épocas, y con ello, quiero referirme a lo que pensaba y sentía el simple ciudadano, cuando tomaba conciencia de los hechos o era afectado por los mismos.
En lo personal, recién empecé a tomar conciencia de la realidad política argentina a partir de los 16 años aproximadamente, o sea, que me remontare a los últimos 46 años.
Hablar de este periodo, es aportar vivencia de uno de los periodos, que bien podrían definirse como la de "los años trágicos".
Guardo en mi memoria el haber vivido, sentido y disfrutado el sentir nacional.
Conmemoración de fiestas patrias en fechas ciertas y, un pueblo adhiriéndose masivamente y contagioso entusiasmo a los festejos.
Presenciar un desfile militar era un privilegio. El ejército argentino era parte del pueblo y enarbolaba el orgullo de saberse descendientes, de quienes fueron héroes nacionales y regionales, hasta hoy, reconocidos como próceres de la historia argentina.
Una sucesión interminable de desencuentros, creó un profundo cisma social. Ya no era un pueblo, solo eran sectores sociales que compartían un territorio común.
El espíritu nacional, dio lugar a la intolerancia, desconfianza y rencor.
El triunfo argentino en el mundial de fútbol de 1978 y la reconquista de las islas Malvinas, se convirtieron en expresiones masivas de orgullo nacional. Duró, lo que un suspiro.
Haciendo una caprichosa semejanza, el deterioro moral de la población podría compararse al de una avalancha de nieve. Comienza con un pequeño desprendimiento, hasta convertirse en una avalancha que arrasa con todo lo que se encuentre a su paso. Solo el valle la detiene y después del estruendo, otra vez el silencio y la belleza dominan el paisaje.
La naturaleza humana podrá imitar este proceso?
La Argentina fue arrasada y deberá refundarse. Su reconstrucción necesitara de un ejército de buenas voluntades, empezando por sus máximos dirigentes,. Si no hay ejemplo de arriba hacia abajo, no hay esperanzas.
Quienes estén dispuestos a intentar esta proeza, deberán considerar, que la clave de toda estructura que pretenda ser sólida estable y previsible, esta en sus cimientos y bases .
Identificar cuales son las bases para construir una verdadera nación, es la clave.
Según mi entender, la base moral, es el principio de todos los principios y la falta de ella, el mal de todos los males.
Un sistema judicial transparente, independiente y poderoso puede hacerlo.
Habrá que revisar los procedimientos utilizados para su conformación y, si ello implica reformas constitucionales, pues habrá que hacerlas.
Un poder judicial que logre hacer de las leyes, letra viva, esparcirá una nube de moralidad incorrupta a todo el espectro social, que en su fuero interno, esta esperando y deseando que alguna vez suceda.
Por Marcelo Keselman
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Marcelo Keselman
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