Entender la crisis de manera sencilla
A día de hoy quien no se haya dado cuenta de que hay crisis es que no es de este mundo. Lo cierto es que hay una invasión abusiva de esta palabra en todos los medios y seguramente os ha golpeado de cerca o a un conocido. Pero, ¿por qué hay crisis? Estamos hartos de escuchar teorías y razones de expertos que sólo se preocupan de que nadie les entienda para lucir sus conocimientos.
Para explicar la crisis actual de manera sencilla y comprensible nos tenemos que centrar en el equilibrio general de las cosas. En los últimos años y sobre todo después de los atentados del 11 S de los Estados Unidos estalló un pequeño estancamiento en la economía producido por el miedo y el riesgo de una guerra. Para evitar este estancamiento e incentivar la compra y el consumo, los bancos mundiales bajaron muchísimo los tipos de interés, por lo que pedir créditos salía barato. Unido a que el precio de la vivienda estaba subiendo, propició una fiebre por comprar viviendas. El comprador consideraba que una casa que comprara entonces, el día de mañana valdría más; por lo que mañana seré más rico que hoy. Lo que llamamos especulación.
Hasta aquí todo correcto, seguimos en equilibrio más o menos. El problema aparece cuando los bancos, seguramente para ganar más dinero, ofrecen estos créditos sin estudiar bien si el cliente a largo plazo podrá pagar el crédito o la hipoteca. Es decir, se daba un crédito a un precio muy bajo a cualquiera. Años más tarde para controlar la inflación, los Bancos suben el tipo de interés, por lo que el precio de estos créditos e hipotecas sube muchísimo. ¿Qué pasa ahora? Pues mucha gente, mayoritariamente de renta baja no puede pagar su hipoteca con su sueldo. Se paraliza la economía en general. El precio de la vivienda ha subido tanto que ya nadie compra, y empieza a bajar su precio. Pongamos un ejemplo:
“Juan compra una casa por 50 millones en 2004, para ello pide una hipoteca al banco a un tipo de interés del 1%. La casa es muy cara para su nivel de renta pero con el tipo de interés actual unido a su creencia de que mañana esta casa valdrá más que hoy, la compra. En 2005 sube el tipo de interés del 1% al 5,25% y en 2006 la especulación del precio de la vivienda toca fondo y empiezan a bajar el precio de las casas. Ahora la casa de Juan vale 40 millones y al subir el tipo de interés, no puede pagar la hipoteca. El banco le embarga la casa y Juan se hunde en la miseria"
¿Qué relación tiene esto con la crisis? El banco ha dejado 50 millones de los que le pagan 3 durante 2 años en que Juan podía pagar, y luego cuando no puede pagar más le embargan la casa que tiene un valor de 40 millones. Si sumamos los 3 que pagó Juan mientras podía, el banco recupera 43. Ha perdido 7 millones por no estudiar bien si Juan en un futuro podría pagarle. Empiezan los desequilibrios, hay pérdidas. Lo peor es que durante éstos años los bancos venden cédulas hipotecarias a otros bancos, que son títulos emitidos por entidades financieras que pagan un interés fijo y que tienen como garantía la totalidad de los créditos hipotecarios concedidos por la entidad que los emite. Es una forma de inversión que tienen los bancos, por lo que un banco de Alemania compra estas cédulas a Estados Unidos esperando obtener beneficios, y una entidad francesa las compra a una entidad inglesa, que también las vendió a Japón. Así que estos activos “contaminados” se han extendido por todo el mundo infectando a muchísimos países.
Pero no solamente es el sector financiero e inmobiliario el causante de esta crisis. A inicios del siglo XXI empezó una subida exagerada de los precios de los bienes y servicios, debido básicamente al encarecimiento de las materias primas por culpa del crecimiento galopante del precio del petróleo. Además coincide con una fase de pleno apogeo de las nuevas potencias emergentes, como la China o la India, que obligan a cerrar y a endeudarse muchas empresas en Europa y Estados Unidos.
Así que nos encontramos que muchas empresas han cerrado porque no son eficientes en comparación a los nuevos países emergentes. Las empresas que no han cerrado están muy debilitadas porque el precio de la materia prima ha subido y ahora tienen menos beneficios, y reducen plantilla. Los bancos están contaminados y ahora obtener un crédito es muy difícil. El consumo se paraliza, si antes me hubiera cambiado la lavadora porque no iba muy bien, ahora aguanto con ella un par de años más. La situación actual provoca desplomes en la bolsa, arruinando a mucha gente y las personas que aún pueden aguantar los tirones del paro, de la bolsa y de las subidas de precios pierden algunos grados en calidad de vida. O sea, un sinfín de desequilibrios que ha provocado una de las crisis económicas más graves que conocemos.
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