Técnicas de entrevistas
Cada entrevistador tiene su propio método para sacar información al aspirante y saber como reaccionara ante determinadas situaciones, si esta contando la verdad y si es la persona adecuada para un puesto.
Las entrevistas pueden variar de la cordialidad a la brusquedad, o has incluso a la hostilidad, para saber como reacciona el entrevistado ante situaciones de presión. Depende de la naturaleza del trabajo y de la personalidad del entrevistador.
La entrevista estresante.
En lugar de hacer que el entrevistado se sienta cómodo, la técnica consiste en ponerle las cosas difíciles mediante la actitud hostil del entrevistador y las preguntas complicadas. Es una técnica deliberada para observar, en primer lugar, como se maneja el aspirante en condiciones adversas o en situaciones desagradables que pueden producirse en el trabajo. El entrevistador puede utilizar frases del estilo de –quiere hacerme creer que- o –pretende decir-.
Conserve la calma y no se ponga totalmente a la defensiva. Piense que el entrevistador esta representando un papel.
La entrevista relajada.
En lugar del rígido entorno de la oficina, puede tener lugar en una comida. En esta atmósfera relajada, hay que ir con cuidado sobre lo que dice: sus intereses a largo plazo, sus cualidades… No se deje seducir: no pague sus confesiones con revelaciones sobre su vida privada o sus creencias. Además, piense que una comida revela mucho sobre Usted: si le cuesta decir que es lo que quiere, el entrevistador puede pensar que es indeciso, si sala la comida antes de probarla, interpretara que no puede evaluar correctamente una situación antes de ponerle remedio.
La entrevista profesional.
El entrevistador es serio y rotundo, va directamente al grano y hace preguntas cortas y concisas. No demuestra emociones y, en cuanto le contesta, pasa a la siguiente pregunta.
Su estilo frió e impersonal puede intimidar, pero no hay que perder los nervios. La mejor estrategia es contestar con la máxima firmeza y decisión posibles, mirándole directamente a los ojos.
La entrevista intelectual.
El entrevistador hace preguntas complicadas, del tipo-que factores toma en cuenta a la hora de tomar una decisión?-.Esta siempre buscando lo que hay en el fondo de las cosas, y no le interesa tanto el método que se usa en su trabajo como sus procesos mentales. Busca el porque de todo y puede desconcertar con su rebuscamiento.
La entrevista amigable.
El entrevistador, un peligro en potencia, mira a su candidato como si lo conociera de toda la vida y con evidente simpatía. Es tan encantador que es muy fácil irse de la lengua con el y contar lo que no se debe. No es su amigo, es un entrevistador que quiere sonsacarle. Sea amable con el, pero no se deje ir en exceso. Debe ser simpático, demostrar que sabe tratar con la gente y que es sociable, pero mantener las distancias y hablar lo preciso.***
Por Ana B. Cabrera Iannone- Asesora Laboral- anaiannone@ciudad.com.ar
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