Privacidad en la red: el desafío de las redes sociales
Aunque no nos demos cuenta, cada uno de nosotros gozamos de una identidad virtual. Si por ejemplo se nos ocurre teclear nuestro nombre en un buscador cualquiera observaremos con sorpresa que existen muchas más entradas de las que a priori podríamos suponer, y quizás no todas resulten de nuestro agrado. Y es que la pérdida de privacidad parece ser el precio que hay que pagar por los avances asociados a internet. Día a día, miles de personas incorporan sus perfiles a distintas plataformas sociales con el único objetivo de mantener el contacto con familiares, amigos, etc. Sin embargo, no somos absolutamente conscientes de que todo lo que se publica en la red acaba siendo, tarde o temprano, de dominio público. Con una sencilla etiqueta en una foto, gran cantidad de usuarios pueden saber a qué personas has conocido o qué lugares has visitado en el último año. Esto no tiene por qué ser un problema si es nuestra voluntad que así sea.
El problema surge cuando uno deja de tener el control de su propia privacidad. No hay que olvidar que al otro lado de la red hay personas que están viendo todo lo que hacemos o pensamos y eso es algo de lo que debemos tomar consciencia. Hay mucha gente que publica en redes sociales todo tipo de fotos o comentarios sin ningún tipo de filtro. Hasta ahí bien, pues cada uno es dueño de hacer con su perfil lo que desee. Pero, ¿Dónde acaba la libertad de un individuo y comienza la de otro? El problema empieza cuando en esas publicaciones se etiquetan a otras personas sin ningún tipo de filtro previo, personas que quizás no quieran aparecer en esas publicaciones. Por supuesto basta con eliminar la etiqueta, pero la realidad es que esa publicación ha estado ahí durante cierto tiempo a la vista de mucha gente. Por ello es necesario comenzar a hacer un uso responsable de internet y de las redes sociales, ya que la información corre a gran velocidad y la imagen virtual de cada individuo puede verse afectada.
Existen muchas formas de acotar una parcela de privacidad en la red sin tener que renunciar a los beneficios que esta proporciona. En el caso de las redes sociales se debe empezar por revisar concienzudamente todas las opciones de configuración de la privacidad que a menudo pasamos por alto, para establecer los límites que consideremos más adecuados. También es recomendable revisar con frecuencia nuestros perfiles y comprobar las publicaciones en las que somos etiquetados. Y por supuesto, hacer un uso responsable de las redes tanto con el perfil propio como con el ajeno. Otra parcela de nuestra privacidad que se ve amenazada es la de nuestros números de teléfono particulares. Es muy común que nuestro número aparezca publicado en la red sin que nosotros prestemos consentimiento expreso para ello. Por ello hay que tener cuidado con las webs en las que nos lo piden, revisando las condiciones de uso. Para prevenir esto, pueden contratarse servicios de Teléfono virtual a través de internet con los que podemos enmascarar nuestros números reales y gestionar de esta manera nuestra privacidad telefónica.
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