El liderazgo como ejemplo
Hoy en día el ser un buen líder, es un término aplicado muy comúnmente en las organizaciones y está ligado directamente con el logro de resultados, esto quiere decir, que si los resultados planteados en las metas y objetivos de la organización no se cumplen, nuestro liderazgo aplicado estará en duda, y por tanto en consideración vendrán cambios estructurales importantes, este término imprime un sentido de competencia entre los miembros de la organización, lo que permite a los empresarios de las organizaciones apostar a modificaciones bruscas en el manejo de las organizaciones.
Expuesto lo anterior podemos deducir, que el buen liderazgo no consiste en tratar bien al personal, tener un buen ambiente laboral, contar con una estructura robusta dentro de la organización; todo se reduce a los resultados que se obtienen con el equipo, dejando a un lado los aspectos principales considerados para un buen liderazgo.
Este fenómeno es fácil de entenderlo, si lo visualizamos como dueños del negocio o inversionistas, ya que lo que realmente busca toda persona es una ganancia de la inversión o apertura de un negocio, lo que lleva a solo visualizar el resultado final sin importar como es que se logró, esto es lo que realmente se reconoce en la actualidad en las organizaciones, esto motiva a contar con líderes prepotentes, los cuales gobiernan mediante el miedo y amenazas al grupo de trabajo, atentando contra con sus derechos laborales y garantías.
Ante este escenario, el cual se enfoca en la búsqueda de resultados, ¿cómo podremos lograr un equilibrio como líderes entre resultados y ambiente laboral?, precisamente es la tarea del líder aplicar acciones ejemplares que propicien una inercia cooperativa entre todos los miembros de la organización, desde la actividad encomendada sin que esta necesariamente tenga un impacto directo en las actividades sustanciales de la empresa.
Derivado de esto, como líder debemos de enfocar nuestros esfuerzos en generar resultados para la organización como prioridad, pero aun y cuando esta condición sea prioritaria, en la realidad es necesario mejorar el ambiente laboral con el objetivo de generar un sentido de pertenencia, compromiso e involucramiento con la alta dirección de la organización, con el sentido de la responsabilidad sin necesidad de exigencia del líder del grupo por iniciativa propia.
Como conclusión, el buen líder debe de influir directamente en el resultado, siendo ejemplo del comportamiento y el trato hacia el personal, demostrando como quiere que se trate a cada miembro del equipo de trabajo sin friccionar al grupo, el involucramiento con la organización de cada miembro debe ser tal, que esté presente aun y cuando la instrucción no se dé por parte del líder, es decir, contar con miembros activos auto comprometidos con los resultados, el líder debe de influir sin estar presente, este estilo de liderazgo es esencial ya que el líder debe de estar preocupado por influir en las decisiones del grupo y el equipo, así como, generar la tendencia del movimiento, para el logro de objetivos y metas.
Ricardo Riojas Aguirre
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