Negligencia en la sala de Operaciones
La cirugía, dado el carácter sensible de las intervenciones que ésta disciplina médica comprende, es uno de los campos en los que tienen lugar, en mayor medida, los errores médicos.
La extensa formación recibida en las facultades de medicina por los cirujanos no evita que en momentos concretos éstos puedan desviarse con sus actuaciones de los protocolos y estándares de cuidado médicamente admisibles, causando graves daños sobre sus pacientes.
En muchas ocasiones detrás de estos desgraciados sucesos se encuentra una mala planificación del operatorio, en la mayor parte de las ocasiones por tener que llevarse a cabo la intervención con carácter urgente (por ejemplo, tras un accidente de tráfico).
También puede influir la excesiva carga de trabajo a que se somete a estos profesionales, que hace que no puedan encontrarse en plenitud de facultades a la hora de afrontar sus delicadas intervenciones.
En cualquier caso, someterse a una intervención quirúrgica resulta un hecho lo suficientemente preocupante para el paciente, en muchas ocasiones con probabilidad, por el riesgo de la intervención, de no salir del quirófano con vida; como para además tener que preocuparse por posibles errores médicos durante la misma.
¿Cuándo puede hablarse de negligencia médica en el campo de la cirugía?
Las negligencias quirúrgicas tienen lugar cuando, durante una operación, el cirujano que la atiende no proporciona al paciente el cuidado adecuado, de acuerdo con los estándares médicamente aceptables en nuestros días, ocasionándole con ello daños de consideración y, en su caso, de carácter permanente.
Entre los principales errores que podrían tener lugar en la mesa de operaciones destacan:
- La práctica de incisiones de forma incorrecta.
- El retraso indebido en la realización de la intervención.
- El empleo de instrumental quirúrgico no sometido a la debida higiene y esterilización.
- El olvido de este instrumental dentro del paciente.
- La práctica de la intervención en el lado o en el órgano equivocado.
- La perforación o el corte de órganos internos, nervios u otras zonas sensibles de la anatomía del paciente.
- Los fallos en la adopción de decisiones durante momentos críticos de la intervención.
- Los errores en la anestesia, por ejemplo por excederse en la dosis necesaria.
Todos estos son errores evitables, que pueden resultar fatales para el paciente. De ahí que sea preciso evitarlos a toda costa, si bien es cierto que nunca podrán impedirse del todo.
Las Modalidades de cirugía más proclives a los errores
Existen ciertas intervenciones como los partos con cesárea, las operaciones de cirugía estética o las de tipo torácico que resultan muy proclives a dar lugar a fallos médicos.
En ningún caso deberías permitir que el temor ante la intervención suponga un retraso en tu decisión de someterte a la misma. Por lo general la actuación de nuestros profesionales médicos resulta impecable, y gracias a su experiencia y cuidados podemos gozar de buena salud durante toda nuestra vida.
No obstante, si fueras víctima de algún tipo de negligencia durante tu operación, se encuentra entre tus derechos como paciente reclamar una compensación económica por las posibles consecuencias nefastas que el error pueda haberte ocasionado.
Jose Alberto Andrío Espina
www.aa-indemnizaciones.com
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