Las repercusiones de la Sordera industrial
Es un hecho que existen innumerables profesiones que sitúan a quienes las ejercen ante niveles excesivos de ruidos, dando lugar con su exposición continuada a los mismos a un riesgo de sufrir problemas de audición puntuales o permanentes, en el presente o bien en el futuro.
Se habla de la sordera industrial como aquella condición médica consistente en una pérdida irreversible de capacidad auditiva ocasionada por dicha exposición en el entorno laboral, impidiendo que la persona pueda captar sonidos situados en un amplio margen de frecuencias.
¿En qué supuestos podría ser ello objeto de reparación económica?
Cualquier Empresa o empleador en general tiene la obligación de proveer de medios de protección a sus trabajadores de modo que les eviten quedar expuestos a los peligros propios de las tareas que se ven obligadas a realizar.
Imaginemos por ejemplo el caso de un obrero de la construcción, que se viera obligado a emplear de forma frecuente un martillo hidráulico, o el de un trabajador ferroviario o de una instalación aeroportuaria. Si a estos empleados no se les proveyera de medios de protección para sus oídos, quedaría en grave riesgo su capacidad auditiva.
Podría decirse en términos legales que el hecho de no facilitar dichos medios sería constitutivo de una negligencia por parte del empleador, considerándose un incumplimiento en su responsabilidad de prevención de riesgos laborales. Ello determinaría el Derecho de su empleado a reclamar una compensación económica frente a la lesión de carácter grave y permanente sufrida en su audición.
Eso sí, si el empleador hubiera puesto los medios y hubiera sido el trabajador el que optara por no utilizarlos, ello cerraría la puerta a cualquier derecho a una indemnización. Ahí la lesión ocurrida en la capacidad auditiva habría tenido lugar por su propia negligencia.
El impacto de la sordera industrial
Quien sufre esta condición podría padecer ciertos efectos considerablemente adversos, pudiendo incluso llegar a perder su puesto de trabajo a causa de la misma, siendo posible incluso que se le declarara la invalidez por la misma en alguno de sus diversos grados.
De ahí que si te vieras obligado con motivo de tu trabajo a soportar elevados niveles de ruido o contaminación acústica, deberías requerir a tu empleador que te facilitara medidas de protección.
Un abogado especialista en materia de lesiones corporales y accidentes laborales podría aconsejarte sobre las vías de reclamación a tu disposición si te hubieras visto inmerso en una situación de estas características. No lo dejes pasar y reclama ya lo que te corresponde.
Jose Alberto Andrío Espina
www.aa-indemnizaciones.com
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