Reglas Clave sobre lo que habría que evitar en un Régimen de Custodia Compartida
Uno de los grandes temores por parte de muchos progenitores, especialmente varones, a la hora de afrontar un proceso de separación o de divorcio, es que la ruptura de su relación de pareja con la otra persona afecte enormemente a la que mantienen con sus hijos, por no poder tenerlos consigo apenas.
En este sentido, en la mayor parte de los países sigue dándose la atribución casi automática de la custodia sobre los hijos tras la ruptura del matrimonio a la madre, al entenderse que ella será la que en mejor medida podrá ocuparse de atender y cubrir las necesidades de cuidado de los niños, quedando los progenitores varones en cierta situación de desprotección.
Sin embargo, cada vez se habla más de un concepto como es el de la custodia compartida, que “ha llegado para quedarse”, dado que cada vez son más las ex parejas que disfrutan de esta modalidad, más justa y equilibrada para ambos dado que asumen de forma equitativa los Derechos y Obligaciones vinculados a la paternidad.
Hacer funcionar esta vía requerirá de grandes dosis de esfuerzo y compromiso por parte de la ex pareja. Tener en cuenta ciertas indicaciones sobre lo que en ningún caso podría ser compatible con un régimen de custodia compartida podrá ayudar a valorar en mejor medida esta opción.
- La separación o divorcio, o en general la ruptura (pues esto se aplica también a las parejas no casadas con hijos) no debería haberse producido de manera traumática, o ser consecuencia de grandes tensiones o enfrentamientos viscerales entre ambos. Idealmente, ésta debería tener lugar de mutuo acuerdo, algo completamente inviable cuando entre los ex quedan rencillas y rencores vivos.
- En este sentido, en ningún caso los ex cónyuges deben atribuirse culpas por el divorcio o la separación, pues ello podría generar un poso de resentimiento entre ambos que terminara por hacer estallar la situación.
- Los progenitores en ningún caso deben olvidar que lo prioritario es siempre el interés de su hijo. Enredándose en discusiones absurdas o actuando de manera egoísta de cara tomar decisiones sobre los ellos podrían dar al traste con este régimen de custodia.
- No dialogar lo suficiente podría resultar, así mismo, perjudicial para esta modalidad. Mantener abiertas las líneas de comunicación con el otro progenitor de forma continua será algo esencial a la hora de establecer modificaciones sobre los horarios, comentar los posibles problemas del niño o decidir sobre los asuntos de su interés.
- Vivir lejos un progenitor del otro también podría implicar serios problemas para esta forma de custodia, suponiendo para los hijos mayores inconvenientes a la hora de trasladarse de uno a otro domicilio. La cercanía entre ambos favorecerá su éxito.
- En ningún caso los padres deberían transmitir a sus hijos sentimientos negativos acerca del otro, ni iniciar discusiones delante de éstos. También será importante evitar cualquier forma de manipulación sobre el menor, algo que resulta especialmente peligroso cuando los menores tienen edad reducida.
Siguiendo todos estos pasos básicos será posible hacer funcionar un Régimen de Custodia Compartida. Poniendo todo vuestro empeño lograreis llevar una relación mutua sana y equilibrada, y tanto vosotros como vuestros hijos lo agradeceréis.
Begoña Cuenca Alcaine
www.aa-divorcios.com
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