La Importancia de la Prueba en una Reclamación por Negligencia Médica
Resulta muy duro sentir que el facultativo sanitario que te atendió no lo hizo con la debida diligencia o profesionalidad, creyendo firmemente que con su forma de actuar te causó un daño. Ahora bien, tu firme convicción en un caso de estas características podría no ser suficiente a la hora de afrontar un proceso de reclamación contra dicho profesional o contra el Centro Médico en que desarrolla sus funciones.
Y es que en la práctica, los Tribunales suelen afrontar con un considerable grado de cautela los casos sobre Negligencias Médicas que se les plantean.
El motivo de dicho escepticismo es su propia tendencia a proteger la actividad medico – sanitaria, de manera que los profesionales que a ella se dedican no sientan temor cada vez que van a realizar una incisión o un diagnóstico ante la posibilidad de ser demandados a la menor oportunidad por sus pacientes.
La Importancia de la Prueba en este tipo de casos
La Prueba, que resulta esencial en cualquier proceso a la hora de fundar las peticiones y pretensiones que se formulan ante los Tribunales, adquiere especial trascendencia en el ámbito de los casos de Negligencia Médica.
Se trata éste de un campo muy específico y con un importante componente científico y técnico. Es por ello que cualquier alegación sobre una posible actuación indebida o errónea por parte de un facultativo médico debe venir acompañada de un sustento probatorio sin el cual ésta sería irremediablemente desestimada por el Tribunal.
Y precisamente por la mencionada cautela de la que suelen hacer gala los Tribunales ante este tipo de casos, se hace doblemente importante que esos instrumentos de prueba, que normalmente serán Informes Médicos y análisis de todo tipo (en muchas ocasiones podría incluso ser el testimonio en Juicio de un Perito o experto en medicina que explicara qué se hizo mal en tu caso) sean lo suficientemente concluyentes y poderosos.
Serán diversos los aspectos sobre tu caso que deberás poder probar a través de los citados medios:
1- En primer lugar, sería preciso que demostraras que la actuación (o falta de actuación) llevada a cabo por el facultativo médico que te atendió tuvo un carácter erróneo o no diligente. En otras palabras, deberías probar cómo la misma se apartó de los estándares considerados como aceptables médicamente (normalmente el citado testimonio de un Perito podría resultar clave en este aspecto).
2- En segundo lugar, deberías poder demostrar que existió una relación directa e indiscutible entre dicho procedimiento llevado a cabo de modo no diligente y los perjuicios que se te ocasionaron. Se trata de probar el llamado “nexo causal” existente en tu caso entre la actuación de tu médico y tu daño.
3- Finalmente, sería preciso que pudieras mostrar de manera indiscutible ante el Tribunal cómo el daño que se te ocasionó presenta una complicada o imposible recuperación. Un detallado examen médico realizado por un especialista en el área de tu salud que has visto afectada por esa actuación negligente será el mejor de los fundamentos para la reclamación que sustentas.
Contar con un abogado especialista en materia de Responsabilidad Civil podría serte de gran ayuda a la hora de afrontar el proceso de recopilación de información. Él podrá asesorarte sobre qué documentos, dictámenes, análisis o pruebas podrían resultar convincentes a la hora de afirmar tu Reclamación ante la Justicia.
Jose Alberto Andrío Espina
www.aa-indemnizaciones.com
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