¿Tienes Seguridad En Tu Empleo o Profesión?
¿Estás seguro con tu empleo o profesión?
Ojala no te lleve tanto tiempo como a mí darte cuenta de esa realidad.
Afortunadamente hoy, siglo XXI, existen otras formas de trabajo que nos permiten “asegurar” nuestro futuro, resultado éste que no encontraremos en un empleo o profesión tradicional.
Quiero compartir contigo las peripecias vividas cumpliendo con mis empleos durante más de 45 años. Luego me responderás si estás seguro con tu empleo o profesión.
Una vez concluido el ciclo básico en la escuela, con mis flamantes 11 años de edad, comencé a trabajar de cadete en una oficina contable. Recibía órdenes de sus dueños y compañeras de trabajo, todos mayores que yo. Como se trataba de una tarea “fuera de la oficina” -en la mayor parte del tiempo contratado (8 horas diarias de lunes a viernes y 4 los días sábados)- mis compañeras me hacían algunos encargos que yo llevaba a cabo sin descuidar mi responsabilidad, pero sin medir sus consecuencias.
A uno de los propietarios del estudio no le cayó bien esa situación y sin titubear cortó el hilo por la parte más delgada. (Y eso que el propietario mencionado fue amigo de mi madre en su juventud, por lo que podía haber tenido algún tipo de contemplación. Que va!) Allí adquirí mi primera experiencia como desempleado. Hasta el día de hoy no me enteré si se tomó alguna represalia o medida disciplinaria en contra de mis ex compañeras.
Inmediatamente después, accedí como cadete y auxiliar administrativo en una metalúrgica. El salto de un puesto al otro fue a pocas semanas de haber ingresado, puesto que la única empleada administrativa que había en ese momento, abandonó la ciudad por causas personales y motivos que no hace falta detallar aquí. Lo cierto es que con mis jóvenes trece años, tuve que llevar a cabo y asumir responsabilidades de personas con más experiencia y trayectoria administrativa, por ejemplo: presupuestar, facturar, cobrar, realizar trámites bancarios, liquidar sueldos y jornales, correspondencia, etcétera.
Al cabo de cinco años de trabajar allí, el propietario de esta empresa trasladó su metalúrgica a otro lugar del país, debiéndome once meses de sueldo. (Sí, claro, era yo muy joven y por entonces no había demasiadas leyes que protegieran el trabajo de menores).
Afortunadamente, pude ingresar a otra metalúrgica. Allí cumplí mis 18 años de edad, y con ellos, mi “blanqueo” como empleado.
A partir de ese trabajo hubo una sucesión de otros que hube de cambiar para mejorar mi situación de ingresos mensuales y obtener una mayor capacitación y experiencia en el rubro administrativo, impulsado por mis deseos de progreso continuo. También emigré hacia otros por razones de estudio, precisamente hacia la capital de mi provincia. En la ciudad de Córdoba experimenté una variada gama de situaciones, ya sea por fraude, porque no me pagaban lo que me habían prometido; por cierre de empresas; por incompatibilidad de caracteres entre jefe y subordinado al pretender demostrar mis conocimientos, los que podrían ayudar a mejorar la eficiencia en la tarea administrativa (craso error); y en otras empresas por otras razones similares.
Resultado de estas vivencias: trabajo hoy, mañana quién lo dirá?
¿Estuve seguro en mis empleos? ¿Alguien me aseguró que tendría un empleo para siempre?
Es muy difícil conseguir “seguridad” en un trabajo tradicional, mucho más si pretendemos adquirir mayor conocimiento y capacitación para mejorar o “hacer carrera” en nuestro puesto. Casi siempre encontraremos a alguien en el camino dispuesto a arruinarnos nuestros esfuerzos y objetivos. Observa que dije “casi siempre”, porque hay excepciones (contadas con los dedos de una mano).
En la vida surgen situaciones causadas o “casuales”, que hacen que nuestros planes u objetivos se derrumben como castillo de naipes.
¿Estás seguro con tu empleo o profesión?
Ojala no te lleve tanto tiempo como a mí darte cuenta de esa realidad.
Afortunadamente hoy, en la era de la cibernética y las comunicaciones globales, existen otras formas de trabajo que nos permiten “asegurar” nuestro futuro, resultado éste que no encontraremos en un empleo o profesión tradicional.
Ese “seguro” se llama INGRESO RESIDUAL. En próximas entradas hablaremos de él.
Saludos.
norberto jose viarengo I Libretti Cuentos Personalizados www.ilibretti.com.ar
Registro automático