Tus siete sombras
Los Siete Pecados Capitales son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del Cristianismo y Catolicismo para educar e instruir a los seguidores sobre la moral. La Iglesia católica romana divide los pecados en dos categorías principales:
- Pecado venial aquellos que son relativamente menores y pueden ser perdonados a través del sacramento.
- Pecado mortal los cuales, al ser cometidos, destruyen la vida de gracia y crean la amenaza de condenación eterna a menos que sean absueltos mediante el sacramento de la penitencia, o siendo perdonados después de una perfecta contrición por parte del penitente.
Comenzando a principios del siglo XIV, la popularidad de los Siete Pecados Capitales como tema entre los artistas europeos de la época eventualmente ayudó a integrarlos en muchas áreas de la cultura y conciencia Cristiana a través del mundo.
Listado de los Siete Pecados Capitales en el mismo orden usado por San Gregorio I Magno; y después por Dante Alighieri en su obra La Divina Comedia.
Quedando en la memoria de todos los nombres de los siete, esos siete temidos Pecados Capitales: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.
La identificación y definición de los Siete Pecados Capitales a través de su historia ha sido un proceso fluido y, como es común con muchos aspectos de la religión, la idea de lo que cada uno de estos pecados envuelve ha evolucionado con el tiempo. Este proceso ha sido auxiliado por el hecho de que se hace referencia a ellos de una manera incoherente o codificada en la Biblia y como resultado, se han consultado otros trabajos literarios o eclesiásticos para conseguir definiciones de los Pecados Capitales como por ejemplo el libro de Fernando Díaz Plaja, El español y Los siete Pecados capitales, o mucho más cercano a nuestros días las versiones que se han hecho en el cine, como el de la película, Seven.
La teología de El Purgatorio, la segunda parte del poema La Divina Comedia, casi ha sido la mejor fuente conocida desde el movimiento del Renacimiento (siglos XV y XVI), aunque muchas interpretaciones y versiones posteriores, especialmente denominaciones conservadoras del Protestantismo y del movimiento cristiano Pentecostalismo, han mostrado la consecuencia para aquellos que cometan estos pecados como un tormento eterno en el Infierno, en vez de la posible absolución a través de la penitencia en el Purgatorio.
En el año 2008 se ha publicado una actualización del concepto en los denominados nuevos pecados capitales con
Comenzando a principios del siglo XIV, la popularidad de los Siete Pecados Capitales como tema entre los artistas europeos de la época eventualmente ayudó a integrarlos en muchas áreas de la cultura y conciencia Cristiana a través del mundo.
Listado de los Siete Pecados Capitales en el mismo orden usado por San Gregorio I Magno; y después por Dante Alighieri en su obra La Divina Comedia.
Quedando en la memoria de todos los nombres de los siete, esos siete temidos Pecados Capitales: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.
La identificación y definición de los Siete Pecados Capitales a través de su historia ha sido un proceso fluido y, como es común con muchos aspectos de la religión, la idea de lo que cada uno de estos pecados envuelve ha evolucionado con el tiempo. Este proceso ha sido auxiliado por el hecho de que se hace referencia a ellos de una manera incoherente o codificada en la Biblia y como resultado, se han consultado otros trabajos literarios o eclesiásticos para conseguir definiciones de los Pecados Capitales como por ejemplo el libro de Fernando Díaz Plaja, El español y Los siete Pecados capitales, o mucho más cercano a nuestros días las versiones que se han hecho en el cine, como el de la película, Seven.
La teología de El Purgatorio, la segunda parte del poema La Divina Comedia, casi ha sido la mejor fuente conocida desde el movimiento del Renacimiento (siglos XV y XVI), aunque muchas interpretaciones y versiones posteriores, especialmente denominaciones conservadoras del Protestantismo y del movimiento cristiano Pentecostalismo, han mostrado la consecuencia para aquellos que cometan estos pecados como un tormento eterno en el Infierno, en vez de la posible absolución a través de la penitencia en el Purgatorio.
En el año 2008 se ha publicado una actualización del concepto en los denominados nuevos pecados capitales con una atención especial hacia el llamado Pecado Social.
Así que el Vaticano ha decidido en 2008 modernizar la lista exhibiendo una atención especial hacia los llamados Pecados Sociales, aquellos cuya comisión va en contra de la Justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.El resultado son siete nuevos pecados capitales, que condenan como ofensas a Dios acciones tales como enriquecerse a costa de los demás o algunas investigaciones científicas con implicaciones bioéticas.
Dentro del Pecado Social nos encontraríamos los siguientes siete: 1. Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción. 2. Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre. 3. La drogadicción. 4. Contaminar el medio ambiente. 5. Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. 6. La
Así que el Vaticano ha decidido en 2008 modernizar la lista exhibiendo una atención especial hacia los llamados Pecados Sociales, aquellos cuya comisión va en contra de la Justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.El resultado son siete nuevos pecados capitales, que condenan como ofensas a Dios acciones tales como enriquecerse a costa de los demás o algunas investigaciones científicas con implicaciones bioéticas.
Dentro del Pecado Social nos encontraríamos los siguientes siete: 1. Las violaciones bioéticas, como la anticoncepción. 2. Los experimentos moralmente dudosos, como la investigación en células madre. 3. La drogadicción. 4. Contaminar el medio ambiente. 5. Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. 6. La riqueza excesiva. 7. Generar pobreza.
Estos pecados ó vicios pueden ser catalogados según las VIRTUDES
Estos pecados ó vicios pueden ser catalogados según las VIRTUDES a las que se oponen:
- La Castidad o pureza se contrapone a la lujuria. Comportamiento voluntario a la moderación y adecuada regulación de placeres y/o relaciones sexuales, ya sea por motivos de religión o social. No es lo mismo que abstienencia sexual.
- La Templanza se contrapone a la gula. Moderación en la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad.
- La Generosidad se contrapone a la avaricia. Hábito de dar y entender a los demás. En momentos de desastres naturales, los esfuerzos de la ayuda son con frecuencia proporcionados , voluntariamente, por los individuos o los grupos que actúan de manera unilateral en su entrega de tiempo, de recursos, de mercancías, dinero, apoyo moral etc. Personas dadas a la filantropía.
- La Diligencia se contrapone a la pereza. Es el esmero y el cuidado en ejecutar algo. Como toda virtud se trabaja, netamente poniéndola en práctica; significa cumplir con los compromisos, no ser inactivo, no caer en la desidia, proponerse metas fijas y cumplirlas en su tiempo, poner entusiasmo en las acciones que se realizan.
- La Paciencia se contrapone a la ira. Actitud para sobrellevar cualquier contratiempo
- La Paciencia se contrapone a la ira. Actitud para sobrellevar cualquier contratiempo y dificultad, autocontrol y dominio de la situación y de sí mismo.
- La Caridad se contrapone a la envidia. Compasión y amistad desinteresada.
- La Humildad se contrapone a la soberbia. Es la característica que define a una persona modesta, prudente, discreta, alguien que no se cree mejor o más importante que los demás en ningún aspecto; es la ausencia de superego.
Son llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios, por lo tanto son tronco central del que crecen otros muchos vicios.
Los pecados capitales son enumerados por Santo Tomás de Aquino como siete: vanagloria (orgullo, soberbia), avaricia, glotonería, lujuria, pereza, envidia, ira. El número siete fue dado por San Gregorio I Magno, y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Escritores anteriores enumeraban ocho pecados capitales.
El término "Capital" no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados, de acuerdo a Santo Tomás de Aquino "Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal".
LA LUJURIA se encarna magistralmente en El jardín de las delicias. Usualmente considerada, de manera exagerada, como el pecado que incluye pensamientos o deseos obsesivos o excesivos de naturaleza sexual. Resultando simplemente pensamientos posesivos sobre la otra persona que encarnen dicho pecado. En su máximo grado puede llevar a compulsiones sexuales o sociológicas y/o transgresiones incluyendo entre muchas de ellas a la adicción al sexo, adulterio y violación. El concepto de Dante era el "amor excesivo por los demás," que por consecuencia sería amor y devoción a Dios como un segundo lugar. Explicando esto, significa que debido a que la fuente del amor es Dios, si no hay amor a Dios, no hay Amor en el humano, y la repercusión es un 'amor humano' caracterizado realmente por un desamor al prójimo. Este desamor es, en su origen, un vacío de amor dentro del humano y que intenta desesperadamente ser llenado con el amor de los demás. De ahí el hecho de que la persona busque convertir al otro en un objeto de su posesión de la cual pueda 'robar' o simplemente 'recibir' amor. Lo anterior se convierte en una 'deshumanización' del ser supuestamente amado; una 'deshumanización' que borra la perspectiva personal del otro ser humano como pertenencia amorosa propia de Dios para convertirla en pertenencia obligada de uno, una pertenencia para adquirir amor. Por ello, la consecuencia más común de la lujuria es el enamoramiento obsesivo y los pensamientos de objeto o posición personal que pueden manifestarse en sencillas conductas de celos y, en grados mayores, en el mismo deseo sexual. Para combartir la lujuria lo mejor es aceptar la renuncia a la persona amada.
GULA Actualmente la gula o glotonería se identifica como el consumo excesivo de comida y bebida, aunque en el pasado cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. Marcado por el consumo excesivo de manera irracional o innecesaria, la gula también incluye ciertas formas de comportamiento destructivo. De esta manera el abuso de substancias o las borracheras pueden ser vistos como ejemplos de gula. En la Divina Comedia de Alighieri, los penitentes en el Purgatorio eran obligados a pararse entre dos árboles, incapaces de alcanzar y comerse las frutas colgando de las ramas de estos y por consecuencia se les describía como personas hambrientas. En la Divina Comedia, a los golosos los obligaban a oler el aroma de la comida sin poder degustarla.
LA AVARICIA es una inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. La codicia, por su parte es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas. La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. En efecto, al tratarse de un deseo que sobrepasa los límites de lo ordinario o lícito, se califica con este sustantivo actitudes peyorativas en lo referente a las riquezas. Describe e incluye otros muchos ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia. Los budistas creen que la codicia está basada en una errada conexión material con la felicidad. Esto es causado por una perspectiva que exagera los aspectos y apego a lo material.
PEREZA La pereza es el más “metafísico” de los Pecados Capitales en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple “pereza”, más aún el “ocio”, no parecen constituir una falta. A veces se asemeja al desánimo o tomado en sentido propio es una “tristeza de ánimo” que nos aparta de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos. Considerada en orden a los efectos que produce, si la acidia es tal que hace olvidar el bien necesario e indispensable a la salud eterna, descuidar notablemente las obligaciones y deberes o si llega a hacernos desear que no haya otra vida para vivir entregados impunemente a las pasiones, es sin duda pecado mortal.
IRA La ira puede ser descrita como un sentimiento no ordenado, ni controlado, de odio y enojo. Estos sentimientos se pueden manifestar como una negación vehemente de la verdad, tanto hacia los demás y hacía uno mismo, impaciencia con los procedimientos de la ley y el deseo de venganza fuera del trabajo del sistema judicial (llevando a hacer justicia por sus propias manos), fanatismo en creencias políticas y generalmente deseando hacer mal a otros. Una definición moderna también incluiría odio e intolerancia hacia otros por razones como raza o religión, llevando a la discriminación. Las transgresiones derivadas de la ira están entre las más serias, incluyendo homicidio, asalto, discriminación y en casos extremos, genocidio.La ira es el único pecado que no necesariamente se relaciona con el egoísmo y el interés personal (aunque uno puede tener ira por egoísmo, por ejemplo, por celos). Dante describe a la ira como "amor por la justicia pervertido a venganza y resentimiento".
ENVIDIA Como la avaricia, la envidia se caracteriza por un deseo insaciable, sin embargo, difieren por dos grandes razones: Primero, la avaricia está más asociada con bienes materiales, mientras que la envidia puede ser más general; segundo, aquellos que cometen el pecado de la envidia desean algo que alguien más tiene, y que perciben que a ellos les hace falta. Tal y como decía Francisco de Quevedo, La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come. Dante Alighieri define esto como "Amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos." En el purgatorio de Dante, el castigo para los envidiosos era el de cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer.
SOBERBIA En casi todas las listas de pecados, la soberbia es considerado el original y más serio de los pecados capitales, y de hecho, es también la principal fuente de la que derivan los otros. Es identificado como un ferviente deseo por ser más importante o atractivo que los demás, fallando en halagar a los otros. Este pecado es cometido por Lucifer al querer ser igual que Dios. Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un status elevado y infravalorar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia en cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia).
Allá por 1589, Peter Binsfeld asoció a cada pecado con un demonio que se suponía que tentaba a la gente para llevarlo a su terreno, tales asociaciones eran las siguientes: - Asmodeo con la Lujuria- Beelzebub con la Gula- Mammon con la Avaricia- Belphegor con la Pereza- Satanás con la Ira- Leviatán con la Envidia- Lucifer con la Soberbia
Qué os parece si en lugar de hacer extensivo los nombres de estos afamados demonios, y seguir hablando de los pecados independiente de la connotación religiosa que tengan, nos centramos a partir de ahora en las virtudes y cómo potenciarlas, para llegar mejor a personas de nuestro entorno, potenciar a los demás y hacerlos más felices.
Cierto es que si no conocemos nuestra parte oscura dificilmente podremos saber qué debemos mejorar, es más si no asumimos esta parte desconocida, oscura o pecaminosa para nosotros será dificil avanzar, pero a la autoevaluación dejémosle sólo el tiempo indispensable para asumir esos detalles que la definen.
El resto de nuestro tiempo, es más la mayoría de nuestro tiempo es mejor focalizarlo en cualidades positivas no sólo para que nos sintamos mejor sino para que otros puedan ver todo lo bueno que hay oculto y que debe aflorar.
Así que procura que afloren en tí los siete brillos que hay en tí: la pureza, templanza, generosidad, diligencia, paciencia, caridad y humildad :)
MariCruz Gomar Domínguez :) http://cruzcoaching.blogspot.com/
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