Parece increíble, pero ha vuelto a pasar: cae un nuevo chiringuito financiero: esdinero
La Policía Nacional acaba de destapar un nuevo “chiringuito financiero”, el grupo “Esdinero”, que ha conseguido estafar cifras superiores a los 15 millones de euros según las primeras estimaciones. Con sede en Mallorca, captaban clientes a través de internet y anuncios en prensa escrita, principalmente. Disponían de varias webs como “Prestamitos”, “Eurosya” y “Antesdesubastarlo”, así como oficinas en capitales principales, herramientas todas ellas de captación de sus víctimas.
Los inversores interesados en alguno de los productos que ofrecía el grupo, contactaban con las empresas que lo conformaban a través de correos electrónicos o teléfonos publicados. Se sospecha que puede haber miles de afectados en todo el país.
Según las denuncias, la forma de estafar era así: se ofrecían grandes beneficios a corto plazo por la inversión de dinero que se enviaba a cuentas corrientes de testaferros o sociedades interpuestas para evitar que se identificara a la “materia gris” de la trama. Se ofrecían pingües beneficios a corto plazo e, incluso, para generar confianza y atraer más capital, algunas de las víctimas llegaron a recibir sus primeros intereses.
De manera que una vez comprobado el cumplimiento de los plazos y las condiciones del contrato, las víctimas invertían cantidades mayores, momento en el que ya no les eran entregados los intereses generados. Lo peor es que tampoco se les devolvía el capital aportado.
El grupo por otra parte publicitaba servicios de recobro de impagados, facturas y efectos comerciales, negocio típico en épocas de retroceso económico. Al parecer con el dinero tomado a préstamo compraban deuda comercial.
No es un caso aislado. Al calor de la crisis han surgido no pocas ofertas de pseudoprofesionales dedicados al recobro. Beneficiados porque en España es un sector escasamente regulado y enormemente permisivo.
Desconozco el porqué, pero lo cierto es que el “consumidor tipo” opta por estos “cantos de sirena” en lugar de acudir a un abogado. Quizá se deba a que cobramos por anticipado, pero no debemos olvidar que lo hacemos por la actividad desarrollada, y no por el resultado obtenido.
No fuimos nosotros quienes concedimos crédito al moroso. Si bien, emplearemos nuestro hacer en recuperarlo.
Tampoco elegimos el momento de iniciar la reclamación. Ni otorgamos plazos de gracia que a posteriori hayan perjudicado las posibilidades de recobro.
Ni somos responsables de las dilaciones judiciales, que fácilmente pueden demorarse hasta cuatro meses para simplemente para ser iniciadas. Ni de que se desoiga nuestra recomendación de interponer cuanto antes la demanda, pudiendo retirarse en cualquier momento si el deudor paga.
Pero contando con nuestros servicios para el cobro de deudas, el cliente obtiene sobre todo (y puede exigir si no lo hace), seriedad.
Si no confiamos nuestra salud a “curanderos”, ¿por qué lo hacemos con nuestro patrimonio? ¿Cómo podemos luego decir que somos víctimas de estafa, buscando el resarcimiento por parte de un siempre paternalista Estado? ¿Se conoce alguna demanda al INSS por negligencia médica causada por amateurs de la medicina ajenos totalmente al sistema público sanitario?
Como en todas las profesiones, en la Abogacía también hay ovejas negras. Pero su número es ínfimo comparado con los miles de profesionales en toda España que a diario tratamos de dignificar la profesión. Y otros tantos miles, que asisten en el turno de oficio de manera casi altruista y casi con gratuidad.
Si tiene un problema, no lo dude, acuda a su abogado.
Rafael Linares Membrilla. Abogado.
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