Recorriendo los barrios de Madrid: livin’ la vida loca
Aunque Barcelona e Ibiza sean las que se disputen el título de “ciudad joven y loca de España”, Madrid no es ninguna señora mayor tomando el sol en la vereda. Perderse por sus calles y sus barrios depara más de una sorpresa interesante, y en cada uno de ellos habrá un hotel barato y un comedero económico que nos invite a quedarnos, si el dinero no abunda. O alojamientos de diseño y gastronomía refinada, si podemos permitirnos algún que otro lujo merecido.
Uno de los barrios que más ha crecido -y cambiado- en el último tiempo es el Barrio de Chueca, y también uno de los que más visitantes atrae. Está ubicado en pleno centro de Madrid, muy cerca de la Gran Vía, y fue durante mucho tiempo una de las zonas más peligrosas de la ciudad. Pero todo cambió cuando, a principios de los ’90, se transformó en el refugio de la comunidad gay madrileña. Desde entonces, Chueca fue transformándose de territorio de matones a vidriera del diseño y la cocina de vanguardia. Hoy, los restaurantes, bares y diseñadores más modernos se disputan un lugar en el barrio, convertido en paseo obligado para los turistas de todas las nacionalidades. Además, por encontrase tan cerca del centro, resulta muy sencillo encontrar alojamientos en la zona, sin importar cual sea nuestro presupuesto. Conviene realizar las reservas hoteleras con considerable antelación, ya que se trata de alojamientos muy solicitados, sobre todo en temporada alta. Para esto, la mejor opción es realizar una reserva on line previa, en sitios con un sistema de reservas confiable y seguro, como hotelesnow.com, para evitar sorpresas desagradables después.
También muy cerca del centro madrileño palpita Malasaña, cuna de la movida de los años ’70 y ’80. Malasaña es el barrio de las expresiones alternativas y contraculturales: allí comienzan a gestarse los grandes cambios y las nuevas corrientes artísticas que luego tomarán la escena por asalto. La noche de Malasaña resulta una experiencia totalmente distinta de la de las más ortodoxas discotecas del centro, pero que puede resultar también sumamente interesante, según los gustos. Inclusive alojarse por allí, en ese barrio bautizado originalmente De las Maravillas (debido a una iglesia cercana), que la sabiduría popular renombró en honor a una costurera de 17 años heroína de la resistencia contra Napoleón, puede ofrecer una visión de Madrid distinta de la tradicional. Una opción más para tener en cuenta a la hora de planear nuestras reservas de alojamiento.
Jorge Alberto Guiñazu
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