A favor de un expediente judicial electrónico único
Antes incluso que el DNI portase el chip de la firma electrónica, a los abogados nos era facilitado nuestro carné profesional con dicha previsión. Y con un elevado positivismo futurista, se hablaba de una inminente revolución procedimental.
Han pasado los años, y la virtualidad de esta herramienta, sino nula es actualmente muy reducida.
Convencidos estamos todos que las nuevas tecnologías de la información conllevarán una metamorfosis de nuestra profesión. Sin ir más lejos, el otro día celebré un juicio con un compañero de avanzada edad, abogado laboral, que acudió a Sala con un iPad, como único apoyo o herramienta.
Sin embargo parece que no somos capaces de encontrar el camino hasta ese punto, toda vez que la reforma recientemente operada se ha centrado más bien en la optimización de procesos. Lo cual no es negativo ni excluyente, pudiendo ser el primer paso decisivo, todo sea dicho.
Lo cierto es que nuestra Justicia se mueve con la lentitud de un elefante, tanto en su operativa cotidiana como a la hora de afrontar los cambios, y necesita de mayor agilidad para dar respuestas oportunas.
Quizá el debate de futuro se centra en cómo instrumentar electrónicamente las notificaciones a todas las partes de un proceso, cuando personalmente creo que es más sencillo que todo eso, por cuanto es una pérdida de tiempo duplicar (o multiplicar) los archivos, sean virtuales o físicos.
Debe existir uno sólo, el judicial, ubicado en un servidor tutelado por el Ministerio de Justicia. Y todos los implicados, procuradores, abogados, secretarios, jueces y funcionarios acceder a él mediante la firma electrónica acreditada. Al igual que los procuradores han de notificarse diariamente físicamente, con arreglo a esta nueva implementación habrían de hacerlo con la misma regularidad, si bien con constancia informática.
Los diferentes escritos de las partes se presentarían telepáticamente, permaneciendo vinculados pero no integrados en los autos mientras no se diligencien.
El traslado de copias entre las partes igualmente se simplificaría, con el consiguiente ahorro de tiempo, papel y dinero.
Rafael Linares Membrilla. Abogado.
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