¿Quién ordenó la muerte de Lennon?
No es algo novedoso decir que la Paz es una quimera. Los que lucharon para lograr que los hombres se distanciaran de la brutalidad y el vandalismo murieron sin haberlo conseguido.
A treinta años del asesinato del ex Beatle John Lennon (n. 1940), ocurrido el 8 de diciembre de 1980, subyace la pregunta: ¿A quién le interesaba su eliminación física? No le hacía daño a nadie: solamente le cantaba a la Paz. Ocurrió durante el gobierno del demócrata James Carter (n. 1924). Con seguridad que la voz del notable músico molestaba a alguien del Establishment yanqui.
¿Quién armó al asesino de Lennon? Se sabe que el texano Mark Chapman (n. 1955), estudió en una universidad cristiana de Georgia, el estado racista por excelencia, y en donde Carter fue su gobernador entre los años 1971—1975.
Chapman era un desequilibrado mental. Durante su juventud fue hospitalizado no solamente por sus ataques de locura sino también, por sus intentos de suicidio. Esto hizo de él un personaje fácil de influir como para que terminara con la vida de John L.
Nunca se sabrá la verdad porque en un caso como éste la mano que mece la muerte siempre permanece oculta.
Y ya metidos de lleno en el siglo XXI, los deseos de Paz siguen manteniendo un orden secundario. Priman los intereses económicos. Pero eso el despotismo chino se dio el lujo de impedir que el Premio Nobel de la Paz 2010 Liu Xiaobo (n. 1955) concurriera a recibir la distinción. Quien se anima a contradecir al monstruo asiático si todos comen de su mano.
Otro Premio Nobel de la Paz 1991, la birmana Aung San Suu Kyi (n. 1945), vive enfrentada y cautiva de una dictadura militar, instalada en su país desde 1962. ¿Qué se le puede pedir a los déspotas de Myanmar si uno de sus vecinos es China?
Al Hombre siempre le costó distanciarse de su condición de bestia. Y todo esfuerzo de cambiar su imagen resultó inútil. Por eso, es entendible que ya en la Antigüedad las cosas venía mal barajadas. El filósofo griego Sócrates (n. 470 adC) fue forzado a ingerir la cicuta porque los poderosos de turno temían el poder de su oratoria. Igual que aquellos que no la tenían toda consigo cuando Lennon predicaba la Paz.
En definitiva: Democracia y Libertad, son dos mentiras que se van alternando en las bocas de la gran mayoría de los Gobernantes del Mundo. Especialmente de aquellos que siguen sin reencontrarse con su
Jacobo Saúl Rabín saulrabin@gmail.com
jacobo saul rabin
Registro automático