¿Se deberían activar métodos antipalomas en algunas ciudades?
Los métodos antipalomas son de uso habitual y de hecho, podríamos decir que obligatorio, en la cercanía de los aeropuertos.
Es sabido por todo el mundo, que una amenaza a la navegación aérea son las bandadas de aves que pueden ser aspiradas por los reactores de los modernos aviones. Esto constituye un peligro de grandes dimensiones, pues puede afectar al funcionamiento de dichos motores y, en casos extremos, pueden terminar en el derribo del avión.
Los grandes aeropuertos se encuentran ubicados en la cercanía de las grandes ciudades. Y estas grandes ciudades incentivan, en muchos casos, como elemento decorativo y de atracción turística, la cría y mantenimiento de palomas por parte de los correspondientes departamentos municipales.
Por eso, muchos aeropuertos adoptan diferentes medidas antipalomas. En el caso concreto del aeropuerto de Madrid, existe un departamento dedicado a la cría y entrenamiento de halcones.
Estos animales, en la mejor tradición de la cetrería medieval, mantienen alejadas del aeropuerto, a las bandadas de palomas que tan perjudiciales pueden resultar a esas máquinas perfectas de la ingeniería moderna que son los aviones a reacción, que, sin embargo, tienen, a la hora de aterrizar y despegar, un gran enemigo en esos seres, a simple vista insignificantes.
Pero aparte de los perjuicios que puedan causar a los aviones, la presencia de un número excesivo de palomas en las ciudades, puede resultar también antihigiénico y potencialmente dañino para la salud de sus habitantes.
Todo el mundo tiene en su cabeza esas típicas imágenes de plazas de ciudades monumentales por las que corren niños obligando a levantarse del suelo enormes bandadas de palomas.
El cine ha regalado a la humanidad cientos de películas románticas en las que siempre son un ingrediente fundamental, las visiones de plazas, bustos o fuentes, desde las que despegan, o en las que se posan, románticas bandadas de palomas.
Quién no recuerda Vacaciones en Roma, esa entrañable película de Willyan Wyler en la que Gregory Peck y Audrey Hepburn pasean en vespa por los puntos más característicos de Roma levantando a su paso enormes bandadas de palomas.
Sin embargo, los excrementos de las palomas y los nidos que construyen, causan enormes daños en los edificios y los equipamientos de las ciudades.
Para combatirlas hay diferentes métodos antipalomas. Los de carácter químico no son muy recomendables, porque pueden resultar peligrosos. Será mejor utilizar métodos de carácter físico.
Métodos de carácter físico hay varios: redes, cableados eléctricos etc. Pero para el caso del cuidado de los edificios y monumentos de las ciudades, lo mejor es la colocación de finas púas que impiden posarse a las palomas, no las dañan y además resultan casi invisibles.
escrito por Paula Raul
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