¿Cómo ser escritora y no morir en el intento?

         Perdonen el semiplagio del título: como soy novel, escribo mal y tengo poca imaginación.

    Y me pregunto: ¿El Ilustre Señor de las Leyes que opinó, en televisión, sobre la baja calidad  literaria de los nuevos escritores ( y la mía en particular)  su afán de publicar y las estafas a las que están sometidos,  tenía razón? Estoy a punto de hacerle justicia y refutar el largo artículo que le dediqué a través de  los medios de comunicación.

            Si, Ilustre Señor, como todos los que sostienen el poder, el dinero y las influencias usted juzga correctamente. Esta vez, no se trata de estafa ni del olvido repetitivo de alguna editorial que  posterga el pago de  los derechos de autor.

            No. Mi tercer libro: Algunas Mujeres, publicado y medio subvencionado por una buena editorial se presentaba en la feria del libro de Alicante, el 8 de Julio a las 19 horas, bajo un sol irónico y tórrido, hora a la cual uno acaba de levantarse de la siesta, y ansía  descansar del calor  en un buen sillón, frente a un ventilador.

            Me personé en la feria del libro a las 17h 30,  porque gato escaldado del agua fría huye, y esperé a que los libreros abrieran sus casetas, para comprobar en que valiosa estantería estaba ubicado mi libro. Se me quemaron los ojos de tanto buscar y se me secó la boca de tanto preguntar. Ningún librero tenía el dichoso texto en su estand... y eso que se presentó en diciembre del 2005 en unos grandes almacenes de la ciudad. No era por lo tanto un libro recién publicado, dificil de encontrar. En el estand de las firmas, figuraban todas las novelas y poemarios que se venderían durante la feria, excepto claro ALGUNAS MUJERES.

                Como mi aventura literaria es más bien rocambolesca, me aseguré unas semanas  antes de la feria, aunque no me correspondiese este papel, que librero, editor y distribuidor estuvieran relacionados y compenetrados afín de que mi libro, programado para el evento, pudiera ser comprado por los  amigos y conocidos que sudando  a mares  se desplazaron hasta la explanada.

                A pesar de este incidente, mi compañero de firmas, César Rubio y yo, pasamos una agradable tarde, rodeados por  amigos pintores y escritores.  Como escritora fondona y derrochadora en vicios literarios, no me queda dinero, ni tiempo, para acudir  a la sauna para eliminar grasas. Gracias a la no firma de ALGUNAS MUJERES, tuve derecho a unos baños turcos gratuitos en pleno centro de la ciudad. Gracias a quien corresponda. La pena es que si algún día me hago famosa, me tocará firmar en la carpa, a las 21 horas y adiós a la sauna.

                La aventura ferial no acabó ahí. César Rubio y yo misma trajimos unos libros que se repartieron en las casetas: Acentos del Corazón ( C. Rubio) y Cuentos para Rubén y Malena ( mío) que firmamos y cuyos beneficios fueron destinados a la ONG: Pequeños Príncipes. Ridícula aportación para una noble causa, ya que por mi parte, cada libro de cuentos me cuesta 5 euros, se vende 9 ó 10 euros, y el  irrisorio beneficio que se retira para Pequeños Príncipes es únicamente de 1 euro...

                Como todos no nos movemos por dinero, sugeriría  a los organizadores que se prevea “un algo“ para tales ventas caritativas, no al uso. Esta petición la formulé por correo electrónico, por teléfono pero no surgió efecto. Como las palabras vuelan y los escritos quedan, espero que por lo menos este artículo dé que reflexionar, a los que no son noveles, a los que viven de los noveles y de la cultura.

                Y si nadie me veta por mi artículo, hasta el año que viene en la feria del libro.

Harmonie Botella.

                ANUESCA.

                21466794.c

9 DE JULIO DE 2006