Autocoaching, conviértete en tu propio coach
Las herramientas que son utilizadas en un proceso de coaching formal también pueden aprenderse e internalizarse en lo que se denomina un proceso de autocoaching. En un proceso de autocoaching se maximiza el autoconocimiento para aprender a analizar habilidades, experiencias, puntos fuertes y áreas de mejora. Este proceso de autocoaching proporciona información vital que podrá ser empleada, por ejemplo, en la consecución de un nuevo proyecto profesional.
Plantearse cuestiones vocacionales puede parecer algo arriesgado en los tiempos que corren, pero puede sorprender la energía y vitalidad que se encuentran al dirigir toda la atención a proyectos profesionales que requieren más tiempo y maduración, así como un cierto toque personal.
Existen gustos asociados únicamente a comportamientos de consumo, pero que no conllevan interés o una especial aptitud. Otros, son placeres personales y no conllevan sentido de entrega. Otras actividades resultan agradables debido cualidades y habilidades innatas, sin general mayor curiosidad. Un ejemplo podría ser la jardinería. En definitiva, existen aficiones para determinadas actividades, y habilidades para otras tantas cosas, pero sólo la unión de ambas conforma una vocación. La vocación por una actividad es aquella que absorbe y hace que el resto de actividades queden en segundo plano. La vocación reúne el “gusto” por la tarea, la habilidad o “aptitud” para llevarla a cabo, y el sentimiento de la necesidad de dicha actividad para los demás o para la vida, es decir, genera una sensación de “entrega”.
Aquí radica la parte más interesante de este proceso, en el que se apuesta por explorar sueños, descubrir vocaciones escondidas y descubrir en qué dirección es posible proyectarse en el mercado laboral. Es necesario ser consciente de la importancia de las decisiones adoptadas y de las posibles consecuencias derivadas. Igualmente, no hay que confundir anhelos y satisfacción de necesidades personales con vocación. Los sueños inconfundiblemente vinculados a la vocación son aquellos que producen energía, alegría y desembocan en proyectos. Una receta infalible para identificar claramente una vocación es ajustarse a la búsqueda de aquello que produce placer personal al realizar la tarea, teniendo esa tarea sentido de entrega.
Un periodo de transición laboral es ideal en este aspecto para cuestionar, profundizar y descubrir vocaciones olvidadas, y a su vez identificar esos nichos en el mercado laboral. Una vez definido ese “proyecto de cambio” o “proyecto de ruptura”, es necesario realizar una labor de networking que desemboque en la identificación de las empresas, headhunters y personas adecuadas, en la fase de materialización.
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