Discrepando
Quiero compartir con todos mis contactos por correo electrónico - y por este espacio en Internet, que gentilmente me ofrece un sitio para publicar mis artículos – la respuesta que obtuve a mi artículo sobre el neoliberalismo, de parte de mi amigo, que no quiere que mencione su nombre, y simplemente lo llamaré Juan.
En realidad no creo que esto sea una especie de secreto de estado, o algo de espionaje internacional. Simplemente pienso que esto es el sentir de muchas personas que asumen una posición un tanto peyorativa, por todo lo que observan en el quehacer mundial. En lo particular, en parte, no comparto opinión con estas afirmaciones, pero considero que mi amigo tiene derecho a ser escuchado por las personas que me siguen en la lectura. Para mí, esto es como una demostración de una sincera amistad en discrepancia. Y Juan me cuenta lo siguiente:
- “Los Estados Unidos, mi querido hermano es lo que Roma en el pasado. Y ya sabemos lo que fue esa potencia en su momento. Claro, lo que ahora queda es el Derecho Romano, el gran Coliseo en el centro de Roma, Pompeya desenterrada y un nostálgico recuerdo que deja en el olvido el brutal tratamiento que ese país daba a los lugares que conquistaba.
El país del norte, comisario del mundo, no se parece en nada a lo que los guionistas hollywoondenses pretenden endilgarnos con Superman, Capitán América, Batman, etc., diseñados por los servicios de inteligencia para que su ideología excluyente penetre en el mundo sin que este se dé cuenta. Y, para no irnos muy lejos, es el país que ingresó a robar petróleo a Irak, asesinando sin piedad a hombres, mujeres, niños y ancianos y que, “equivocadamente” bombardeaba hospitales y a la población civil. Es el que ha conseguido ‘apuntalar’ (para que no se caiga estrepitosamente) su caduco sistema capitalista a través de una economía de guerra. Es decir, auspiciar guerras que traerán sangre, dolor y muerte en donde se produzcan, pero que moverán dinero, moverán la economía y esta permanecerá sin hundirse. Es el país que pretende invadir el planeta de semillas manipuladas genéticamente que no se sabe que daños irreparables podrán causar en el organismo, con tal de cobrar las respectivas patentes que los países pobres deberán pagar resignadamente aunque esto les cueste pasar hambre.
Estas semillas – todo está fríamente calculado – son para sembrar una sola vez y punto. Sino ¿dónde estaría el negocio? El agricultor pobre tendrá que comprar y comprar esto todos los años si quiere seguir viviendo de la tierra. Es el país que inventa pandemias, para que los países pobres o países cautivos o como uno quiera entenderlo, gaste una millonada en vacunas, postergando la lucha contra el hambre y la necesidad. Es el país que como ha visto que la riqueza del mundo se esconde en enormes cantidades en la amazonía, ahora ha declarado que esta es Patrimonio del mundo y que ellos “cuidaran” celosamente. Y, finalmente, mi querido amigo, como para muestra basta un botón y ya me van a botar de la cabina, es el país a quienes hace algunos años bautizaron como ‘El Cartel Gringo’, porque es el principal beneficiado con el narcotráfico que dicen combatir. Para empezar con lo más chicos, referiré que la mariguana, por ejemplo, se siembra en gran cantidad en ese país al igual que su consumo que no está prohibido. Sólo se persigue sin piedad fuera de su territorio.
Y con respecto a las drogas pesadas, no tengo las cifras en estos instantes a la mano, pero en su ‘supuesta’ lucha contra el flagelo de las drogas, invierten sólo un pequeño porcentaje, de todo lo que ganan cuando ese dinero sucio del planeta entero ingresa a Wall Street para lavarse, pese a todas las leyes contra ese lavado – valga la redundancia – que ellos ‘han creado’.
Es el país que posee tecnología tan alta, que desde sus satélites que dan la vuelta al orbe, pueden perfectamente retratar la placa de un automóvil, pero no pueden encontrar al señor Osa Ben Laden; es el país que tiene la raza de publicar cada cierto tiempo una lista con todos los ‘capos’ del narcotráfico, pero que no pueden agarrar a ninguno y, llenan las cárceles del mundo solamente con gente infeliz que por un segundo pensó salir de pobre convirtiéndose en ‘burrier’, que son los señuelos que emplean para atraer la atención del periodismo y la opinión pública, cuando el verdadero cargamento pesado en toneladas, debe pasar ‘piola’ para llegar a destino.
Y, ahora si me acaban de decir que mi tiempo concluyó, pero… creo que he podido expandirme un poco para mostrar algunas de las bondades de nuestro ‘protectores’ del norte.
Un abrazo, Andrés y saludos a Adriana. ¡Suerte y éxitos!
Ah, es el país que ya compró por adelantado los inmensos yacimientos de agua que existen en la Patagonia, para tenerla a buen recaudo y venderla a precio de oro dentro de algunos años, cuando las guerras sean por el líquido elemento” –
Mi amigo “Juan” necesariamente tiene que leer mi comentario final sobre lo que dice, pero el ya sabe que nosotros discrepamos en muchos asuntos relacionados con situaciones puntuales del devenir de la humanidad. Y para finalizar este articulo, tengo que decir que nosotros no podemos manifestar tanto rencor y odio hacia un país. Tenemos que detenernos a pensar, en toda esa gente que vive en ese país, en toda su historia, que encierra muchas circunstancias en las que aparecen hombres de buena voluntad.
Yo soy de las personas que apuestan por la buena voluntad del ser humano. Soy de los que creen que en el mundo tienen que existir más personas buenas que malas. Y tal vez, parezca un poco soñador e idealista, pero por mi misma formación cristiano católica, tengo y debo pensar, que en este mundo tiene que existir paz y armonía; aunque también soy consciente de que - según los estudios teológicos realizados – este mundo terrenal es gobernado por el maligno. No obstante, todo aquel que piensa como yo, sabe que no podemos quedarnos callados frente a esta afirmación, y siempre que haya oportunidad, tratar de defender nuestra posición, luchando contra el maligno.
Andrés Arbulú Martínez
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